Deberán reconstruir en parte la Estación de Transferencia de la avenida Quaranta

Presenta fallas graves y hasta peligro de hundimiento. No se habilitará mientras no se corrija, con perjuicio directo para los usuarios de colectivo. Los trabajos están paralizados desde noviembre.

“Es un escándalo” se les escucha decir por lo bajo a funcionarios de distintos estamentos cuando hablan de la total paralización de las obras de la Estación de Transferencia de colectivos de la avenida Quaranta de esta ciudad, que a cinco años de la licitación que la puso en marcha, deberá ser prácticamente reconstruida por errores graves en su emplazamiento que impiden su utilización tal como está. 

Es que sin esa reconstrucción o readecuación -que puede llevar meses, e incluso años si se siguen dilatando las soluciones- no habrá posibilidades de habilitarla, ya que se encuentra en una situación de peligro eventual por hundimiento. 
 
La millonaria iniciativa, pagada en parte con fondos del Estado provincial, se habría ejecutado sin contemplar las recomendaciones técnicas indicadas para no dañar un gran ducto de agua potable que se encuentra cuatro metros por debajo de la línea municipal (ahora ocupada por la fachada) y que abastece al Sur de la ciudad, según fuentes cercanas al emprendimiento. 
 
Si se llegara a habilitar ahora, el peso de los colectivos y de la propia estructura podrían reventar el ducto y hundir el suelo sobre las cañerías, causando una verdadera tragedia en caso de que hubiera pasajeros. “Que 50 mil personas se queden sin agua sería el mal menor, el tema es el peligro de hundimiento con el intenso tránsito de personas en el lugar, lo que sería gravísimo” refirieron las fuentes. 
 
La obra está completamente paralizada desde noviembre porque el grupo Z “no quiere hacerse cargo del costo de la corrección”, con el consiguiente perjuicio para los miles de usuarios del transporte urbano que tienen que seguir pagando el doble para trasladarse de un punto a otro de la ciudad en vez de utilizar el beneficio de un boleto único y el trasbordo en la Estación, según fue previsto hace años. 
 
“Desde que se detectó la falla en la construcción, las partes discuten quién pagará el costo de rehacer la obra, que consiste en tirar la fachada, levantar el piso, construir un encamisado para el acueducto, volver a cerrar, reconstruir el piso y la fachada, o en su defecto encarar la eventual mudanza del caño maestro del agua potable a otro lado, ambas opciones sumamente onerosas” señalaron las fuentes.
“La responsabilidad final sobre la obra civil es de las empresas que explotan el sistema de transporte, aunque por el momento, nadie quiere hacerse cargo” refirieron otros consultados.
 
Cuando se aprobó el Sistema Integrado de Transporte Metropolitano (Situm) que extendió la concesión de su explotación con un plazo de hasta 70 años a favor del Grupo Z, las estaciones de transferencia integraban el “paquete” de promesas para explicar las “bondades” de semejante entrega. 
 
La primera se habilitó en Miguel Lanús en 2007 y desde entonces se espera la de Quaranta. Mientras no se habilite esta última, los miles de vecinos de los barrios San Isidro, El Porvenir II, Aeroclub, 213, Itaembé Miní, Cocomarola Este y San Marcos, entre varios otros, deben pagar dos boletos para moverse por la ciudad en caso de que deban trasladarse a Villa Cabello, Santa Rita o Miguel Lanús, por nombrar algunos ejemplos.  
 
Se supone que en la Estación de Quaranta ingresarán 14 líneas y más de 100 colectivos diariamente para trasladar a estos mismos vecinos con un sólo pasaje y mediante el trasbordo, pero los “retrasos” de la obra y la falta de una acción firme de las autoridades, posibilitan que el grupo Z se alce con varios millones de ganancia extra. 
Vialidad Provincial licitó la obra en mayo de 2011 y resultó adjudicada la empresa Hidrelco SRL, que ganó el llamado con un presupuesto inicial de 6.882.796,75 pesos. 
 
Por ahora se sabe que Vialidad provincial se encargó de la obra vial sobre 600 metros lineales y la construcción de los cinco mil metros cuadrados de hormigón armado (de un espesor de entre 10 y 18 centímetros) en el espacio por donde deberán circular los colectivos. La obra civil, en tanto, estuvo a cargo del Grupo Z.
 
 “Estas obras contemplan, además, la construcción de las obras de saneamiento, desagües y pavimentos de las calzadas de la nueva estación de Transferencia del Sistema Integrado de Transporte de la capital provincial”.