Aquellos jueces y fiscales que entienden en causas de corrupción del gobierno anterior no tienen respiro. Ahora, el ex ministro de Planificación kirchnerista Julio De Vido recusó al juez federal Sebastián Ramos, que lo procesó por incumplimiento de los deberes de funcionario público y negociaciones incompatibles con la función pública.
De Vido se quejó porque el juez no había llevado adelante una serie de pericias en la causa que investiga por qué nunca se renegociaron los contratos ferroviarios de transporte de pasajeros entre 2003 y 2009, ni se integraron los equipos de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (UNIREN).
El juez Ramos rechazó la recusación, ya que si bien las medidas se están llevando adelante, al magistrado le alcanzó con los elementos obrantes en el expediente para dictar su procesamiento en junio último. Ahora será la Cámara Federal la que resolverá si el ex funcionario tenía fundamentos en su reclamo.
MULTIPROCESADO Y ACUSADO
Cabe destacar que De Vido tiene tres procesamientos en su contra: uno por la tragedia de Once, el otro dictado por Ramos y el último fue dispuesto la semana pasada por el juez Julián Ercolini, que lo responsabilizó por la compra de material inservible a España y Ecuador.
Además está investigado por enriquecimiento ilícito y fue imputado en la causa por la “ruta del dinero K”, que sustancia el juez Sebastian Casanello. También fue imputado por la compra de gas licuado, supuestos sobreprecios en obras en Santiago del Estero y derivaciones del escándalo de corrupción brasileño denominado “Lava Jato”.
