El científico estadounidense David Gross, premio Nobel de Física en 2004, destacó el desarrollo de las ciencias en la Argentina y consideró que el Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche son vistos en el exterior como “el lugar de la Física teórica del país”.
“A la distancia se ve como un centro importante de formación e investigación, con muy buenos profesionales, dentro de Argentina esta ciudad resalta en el campo de la Física teórica. Además Bariloche tiene una muy buena consideración entre los colegas de todo el mundo y personas que conocen su desarrollo científico en todas las áreas”, dijo Gross durante su visita al prestigioso lugar.
El físico destacó que este prestigio fue generándose a través de varias generaciones en la historia de la ciencia y como las primeras, las nuevas generaciones tienen gente grandiosa y siguen produciendo cosas muy importantes
“Además es un lugar hermoso, parece que es lindo vivir acá y en este lugar hay una buena atmósfera de trabajo”, agregó.
Gross ya había visitado el país en 2002, convocado por la Fundación Antorchas para evaluar científicos y colaborar con la entidad que vivía una crisis profunda que la llevó a cerrar cuatro años más tarde.
Problemas en el país
Dijo que en aquella visita, como ahora, vio muchos problemas en el país y se preguntó “cómo pasan estas cosas en un lugar tan maravilloso”, considerando que “es probable que ni siquiera ustedes puedan responderlo”, aunque se manifestó muy optimista del futuro de Argentina.
Gross viajó el jueves a Bariloche, donde ayer ofreció un coloquio sobre “Las fronteras de la física fundamental”, exponiendo sobre la evolución del conocimiento desde el descubrimiento de la estructura del átomo hasta las fuerzas y modos con los que las partículas más diminutas se relacionan.
El destacado físico también ofreció una clase y tuvo un encuentro informal con los estudiantes más avanzados del Instituto Balserio, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo, en los que se extendió por horas dialogando sobre Física teórica, su modelo de “libertad asintótica” (sobre fuerzas e interacciones entre partículas) y el desarrollo académico del mundo.
El público del coloquio estuvo compuesto por estudiantes y docentes del Instituto Balseiro, científicos de varias instituciones de Bariloche y también por público general no especializado en ciencia. También estuvo presente el flamante director del Instituto, Carlos Balseiro, que asumió su cargo hace una semana, y graduados de las primeras promociones de la Licenciatura en Física del Balseiro.
El coloquio, que fue realizado en inglés, se pudo seguir en vivo por el canal de YouTube del Instituto Balseiro. Además, la disertación fue grabada en alta definición para permanecer como documento histórico en el Archivo Histórico del Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche, en la Biblioteca “Leo Falicov”.
Construir modelos
Al expresar en modo coloquial el objeto de sus investigaciones, Gross explicó que “la Física teórica puede entender los problemas del mundo real, los científicos construyen modelos para entender las cosas y avanzan en la comprensión y el descubrimiento”.
Agregó que en la naturaleza hay confusión, la naturaleza no da respuestas, no dice esto es así. Entonces hay que averiguarlo. Y es un camino fascinante, que nace de la confusión y va ordenando todo. Pero no es una tarea solitaria, mientras algunos llegan a verdades increíbles otros descubren nuevas confusiones.
“La gente tal vez crea que este es un viaje armónico, desde el principio de los descubrimientos hasta ahora, a través de la historia. Pero no es así, está lleno de inconvenientes”, dijo.
Sostuvo que Albert Einstein pasó por un viaje de ocho años marcado por la confusión, hasta llegar a la Teoría de la Relatividad, y reconoció que en su propia experiencia de trabajo que le mereció el Nobel “fue un recorrido similar, de cinco años, con frustraciones y mucha confusión”.
Preocupación por el calentamiento global
Por otra parte, Gross expresó también su alarma por el calentamiento global y la necesidad de los países desarrollados de alcanzar un acuerdo en el marco de Naciones Unidas para la reducción de emisiones que provocan el cambio climático global.
“India, China, Europa, Rusia y Estados Unidos tienen que ponerse de acuerdo, y si lo hacen, habrán solucionado dos terceras partes del problema. Es un problema del mundo y el mundo debe unirse para resolverlo. Sino todo irá de mal en peor”, definió.
Advirtió que hay muchos países sufriendo gravemente los efectos del cambio global, que provoca mucho sufrimiento. En China el drama de la contaminación se puede respirar. En la India también es muy grave, porque el país logró un desarrollo y crecimiento industrial muy fuerte, y ellos mismos se dan cuenta de que a la par deben tomar urgentes medidas.
Al respecto se consideró orgulloso ante el compromiso creciente de los científicos de todo el mundo en el trabajo de concientización sobre el problema y expresó su optimismo sobre un acuerdo para reducir emisiones que provocan el cambio climático: “Creo que el mundo lo va a lograr”, afirmó.
No es la primera vez que un Premio Nobel visita el Instituto Balseiro en Bariloche. A lo largo de sus 61 años de historia, han pasado por su campus, integrado al Centro Atómico Bariloche, Bernardo Houssay, Abdus Salam, Jo Rotblat, Bob Schrieffer, Douglas Osheroff, Serge Haroche, James Cronin y Mohamed El Baradei, entre otros galardonados no sólo de la Física.