La forma en la que hablamos a nuestro perro puede influir mucho en su respuesta hacia nosotros. También sabremos si se siente querido o rechazado. Es cierto que no pueden entender lo que decimos como si fuera un humano, pero pueden detectar los tonos de voz y sentirse de una manera u otra.
Veamos por qué esto es tan importante:
Cuidado con el tono de voz
El tono de voz es algo que se nos anima a cuidar con aquellos a los que amamos. Pues bien, ¿acaso no amas a tu perro? Estamos seguros de que sí, y por ello queremos animarte a que le hables con un tono de voz que refleje todo tu amor. Veamos en qué situaciones debes cuidar tu tono.
Al enseñarle. Entendemos que se necesita mucha paciencia para enseñar a un perro tareas como dar la pata, venir, soltar o cualquier otra. Los resultados no son inmediatos y esto puede llevarnos a perder los estribos haciéndonos cambiar nuestro tono. Pero el enfado solo logra hacer sentir mal al animal. Ármate de paciencia y cuida tu tono en esta situación. No hagas intimides a tu mascota. Además de hacer que tu enseñanza tenga el efecto contrario, tampoco él aprenderá nada.
Al darle órdenes. Todos los perros son traviesos, seguro que el tuyo también. Siempre muerden algo, o cogen una de nuestras zapatillas o incluso se les escapa un pipí en algún momento. Si perdemos los estribos en estas situaciones lograremos que el perro sienta miedo cuando nos ve. Así es posible que siga desobedeciendo como un escape o acto de rebeldía.
Al pasear. Es posible que tu perro se excite tanto cuando va contigo de paseo que tire de la correa y en ocasiones hasta te desobedezca. Si lo llevas a la playa y lo sueltas, la excitaciones pueden hacerle olvidar que debe obedecerte y siga corriendo como un loco haciendo caso omiso a tus llamadas. No te desesperes, y no cambies tu tono de voz. Háblale con cariño.
Al hablar con él. Dedica tiempo a hablar con tu perro con un tono suave en el que le dejes ver cuánto lo quieres y lo feliz que eres con él. Esto lo hará sentirse querido y te corresponderá con mucho cariño.
Controla sus emociones
Ahora bien, en esas situaciones en las que el tono de voz se te va, ¿cómo hacer que tu perro obedezca y así poder controlar mejor tus emociones?
Distrae su atención. Podrías tirarle cerca de ti una pelota o mostrarle sus juguetes favoritos para que acuda a tu llamada.
Prémialo. Cada vez que obedezca cualquier orden que le des, prémialo con una golosina o un trocito de ese jamón que tanto le gusta. De ese modo el animal entenderá o relacionara las órdenes con algo positivo y estará más dispuesto a obedecer. Y tú, a vigilar tu tono de voz.
Juegos. Juega con tu mascota para que no te vea tan solo como autoridad sino también como un amigo. Utiliza los juegos como una forma de enseñarle y estará más receptivo.
Esto ayudará a que tu tono de voz sea suave.
A nadie nos gusta que le hablen con tono arisco o áspero, por lo que tu perro no es menos. Se consigue mucho más con amor y paciencia que con autoridad y malas maneras. De hecho, esto último en la mayoría de las ocasiones logra exactamente lo contrario.
Si crees que tu tono de voz ha sido un problema en la relación con tu perro, ahora es tiempo de cambiarlo. Sigue estos consejos y notarás mejorías pronto.