La mejor para despertar: Viva la vida, de Coldplay. Según ha concluido en un estudio realizado para Spotify el psicólogo especializado en música David M. Greenberg, de la Universidad de Cambridge, hay tres características que hacen que una canción sea más eficiente para ayudarnos a inaugurar el día con energía: que empiece suave y tienda a crecer, que tenga una letra y una música cargadas de positividad y que el tempo (o velocidad) sea alto, entre 100 y 130 pulsos por minuto. Viva la vida cumple esos requisitos a la perfección.
La más pegadiza: We are the champions, de Queen. Por mucho tiempo que pase, esta canción sigue siendo irresistible. Muy pocas melodías son tan capaces de seguir repitiéndose en tu cabeza durante horas o días tras escucharla como este clásico de Queen, compuesto por Freddie Mercury en 1977. Lo revelaba un estudio dirigido por el musicólogo Alisun Pawley y el psicólogo Daniel Mullensiefen. El segundo puesto le corresponde a otro himno histórico, Y.M.C.A., de los Village People.
La más emblemática: Smells like teen spirit, de Nirvana. Un software desarrollado por Mick Grierson, de la Universidad de Londres, que analiza los pulsos por minuto, los acordes, el tono, así como la variedad de timbres y sonidos de una canción, ha encumbrado esta composición de Nirvana como la más icónica de todos los tiempos, con su famoso y potente riff (o frase musical) inicial de cuatro acordes. Le siguen muy de cerca Imagine, de John Lennon; One, de U2; y Billie Jean, de Michael Jackson.
La más relajante: Weightless, de Marconi Union y Lyz Cooper. Un tempo estable de 60 pulsos por minuto hace que las ondas cerebrales y el latido cardiaco se sincronicen con esta canción, creada hace un año por una banda británica en colaboración con un equipo de compatriotas científicos. Además, los bajos o tonos graves de la melodía también ayudan a inducir un estado de calma. Electra, de Airstream, y Watermark, de Enya, surten también un efecto antiestrés similar, según los investigadores.