Julián Omar Convers Vásquez, un colombiano de 38 años, fue condenado a cuatro años de prisión en España por grabar con cámaras ocultas y durante seis meses a 326 mujeres en el baño del bar que regentaba en Tafalla, en la región de Navarra (norte).
El condenado había escondido las cámaras en un falso enchufe que enfocaba directamente al inodoro y pudo así filmar a las clientas y empleadas durante 6 meses -desde el mes de agosto de 2014 hasta enero de 2015-, hasta que una moza descubrió por casualidad lo que hacía.
Según el diario El Mundo, un día que Julián estaba de franco la luz se cortó en el bar. Como el equipo de música se detuvo, una moza empezó a buscar en la computadora del gerente si había canciones. Y así fue como encontró una carpeta llamada TOI (¿por toilette?) con decenas de subcarpetas. Dentro, cientos de videos del baño en los que se ve a las clientas bajarse los pantalones y la ropa interior, o bien consumir drogas… Algunas carpetas hasta tenían títulos, como una a que apodó “la puritana”. En 72 clips aparecía el mismo Julián, cuando cambiaba la cámara o la tarjeta de memoria.
Los empleados copiaron parte del material y llamaron a la policía, que detuvo al hombre ese mismo día. Los agentes buscaron la cámara pero ya no estaba. En total, encontraron 77,4 gigas de videos.
Según la policía, con este sistema el hombre grabó a 326 mujeres. A 137 se le podía ver la cara. Los agentes armaron un book para que las chicas se puedan identificar y 120 de ellas decidieron denunciarlo. Entre sus víctimas también había 22 menores de edad.
“Era para limpiar el bar de drogas”, “no lo hice con el ánimo de vulnerar la intimidad de mis clientes”, intentó defenderse Vásquez ante la policía y en un video. Un argumento que resultó poco creíble.
En la sentencia, el juez consideró que se produjo “una invasión genérica en la intimidad de decenas de personas, no por su identidad concreta, sino por ser usuarias de un baño en un bar” y que se hizo mediante una sola acción. La fiscalía pedía para el acusado 333 años de prisión por 98 delitos contra la intimidad y 22 delitos agravados contra la intimidad, estos últimos en el caso de las menores.
Vásquez reconoció los hechos en el juicio aunque negó haber visto las imágenes. El hombre deberá además indemnizar a cada una de las 120 denunciantes con cantidades que oscilan entre 1.000 y 6.000 euros.