Desde su nacimiento hasta las dos semanas de edad, los gatitos pueden confundirse con pequeñas bolas peludas que están en etapa neonatal. No pueden hacer mucho más que rodar alrededor de su madre, ya que ellos dependen de ella para todo. Alimentarse, bañarse todo depende de la gata.
Cuando los gatitos llegan a su tercera semana de edad notarás que ya pueden abrir los ojos y que gradualmente comienzan a explorar su entorno. A esa edad empiezan a oler, tocar y probar todo lo que tienen a su vista, incluyendo a sus hermanos y algunos alimentos sólidos.
El tamaño de la cama en la que duermen los gatitos y su madre es muy importante. Generalmente las gatas primerizas suelen tener un máximo de tres o cuatro gatitos, aunque algunas con experiencia pueden llegar hasta 10 o 12 crías en una camada. Como regla general, el número de gatitos en una camada es lo que determina la rapidez con la que las crías pueden dejar el nido, es decir, que cuanto más grande es la familia, más pronto aprenderán a ser gatos y ya no depender de su madre.
Los gatitos aprenden a jugar y luchar más rápido si están rodeados de hermanos y hermanas, asimismo, aprenden a cazar, comer y jugar mejor cuando vienen en grandes camadas.
La leche de la gata es primordial para el desarrollo de los gatitos. Sin embargo, el alimento sólido les proporciona proteínas, vitaminas y minerales. Nutrientes necesarios para que se conviertan en adultos saludables. Por lo tanto, es recomendable introducir alimentos sólidos tan pronto como notes que los gatitos roban comida a la reina. Si ya has notado este comportamiento, llena un recipiente pequeño con un poco de comida y agua y deja que los gatitos coman hasta que estén satisfechos.
Cuando los gatitos ya tienen dos meses de edad ya han desarrollado sus dientes, cuando así sea, añade a su plato un puñado de comida seca para que se puedan ir acostumbrando a diferentes sabores y texturas.
¿Cómo preparar la separación del gatito?
La transición de la leche al alimento sólido es el paso más importante en el proceso de destete. Por lo tanto, poco a poco, ve introduciendo en su dieta otro tipo de alimentos. El proceso de separación debe ser lento, por lo que a partir del primer mes de vida, puedes ofrecerle a los gatitos un poco de comida, de manera que no sean completamente dependientes de la leche de la madre. No le des a los gatitos leche de vaca ya que puede causarles diarrea.
Para que el proceso de separación sea mucho más simple, todos los días durante unos minutos, toma a cada gatito y llévalo a una habitación tranquila lejos de sus hermanos y madre. Para sacar a los gatitos, espera a que la gata se aleje de sus crías. Si ella no se va, ofrecerle un plato de comida. Y una vez que se ha distanciado, trata de agarrar los gatitos cuando esté distraída.
Dale unos juguetes para jugar y anímalo a pasear y explorar por su cuenta. Asegúrate de que está fuera de la vista y del oído de la camada. Y recompensa la situación con un sabroso manjar para que disfrute tranquilo.
La separación se puede iniciar cuando el gatito ha cumplido los dos meses de vida. A esa edad es lo suficientemente fuerte como para alejarse de su madre.
Es importante socializar a los gatitos tan jóvenes como sea posible. Esto significa tocarlos, y acariciarlos frecuentemente. Esto es especialmente importante para que se acostumbren y adapten a las personas. De esa manera, cuando deban irse de casa no se ocultarán y podrás dárselo a su nueva familia sin mayores inconvenientes.
Finalmente ubica a los gatitos en hogares que quieran a las mascotas y sean responsables. En el caso de tu mascota, lo mejor es que recurras a su veterinario y la operes así se evitan las camadas no deseadas.