Venezuela podría estar cerca de ser expulsada del Mercosur, el bloque comercial más importante de Sudamérica.
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay acordaron asumir de forma coordinada la presidencia del mismo y poner a Venezuela la fecha límite del 1 de diciembre para que cumpla con sus “obligaciones”.
Estas son básicamente económicas, aunque Brasil agregó en un comunicado de su canciller el asunto de los derechos humanos en medio del enfrentamiento diplomático que mantienen ambos países desde la destitución de Dilma Rousseff y la toma de posesión como presidente de Michel Temer.
Los argumentos contra Venezuela de sus socios de Mercosur mezclan temas económicos, junto con cuestiones políticas y de derechos humanos.
Económicos
Venezuela se adhirió al bloque el 4 de julio de 2006 y se incorporó como miembro de pleno derecho en 2012, para lo que debía aceptar una serie de normativas que no ha cumplido, según los otros cuatro miembros.
Los cuatro países “han verificado el no cumplimiento por parte de la República Bolivariana de Venezuela de lo acordado en el Protocolo de Adhesión en cuanto a la adopción del acervo normativo vigente del Mercosur”, se lee en el comunicado conjunto del martes.
Venezuela tenía 4 años de plazo para asumir las normas. El tiempo expiró el 12 de agosto. El núcleo de esos acuerdos es el avance en el libre comercio entre los países de Mercosur. El país caribeño debería haber adoptado, por ejemplo, el nomenclador arancelario común. “Y todo eso viene muy demorado”, le dijo a BBC Mundo el experto argentino en Mercosur y comercio Miguel Ponce.
Los plazos para el libre comercio con cada uno de los otros miembros no se han cumplido ni la coordinación progresiva de políticas macroeconómicas que pretende el bloque.
“Nosotros tenemos arancel cero entre los cuatro países desde hace muchísimo tiempo y todavía con Venezuela no hemos logrado que termine aprobando y cumpliendo” las normas, explica Ponce.
Antes, la política y unas llamadas entre presidentes solucionaban los incumplimientos dada la buena relación que mantenían Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después con Cristina Fernández en Argentina; Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil y José Mujica en Uruguay.
Pero eso cambió con la llegada al poder de Mauricio Macri en Argentina y de Michel Temer en Brasil. El bloque viró de izquierda a derecha. “El vínculo se fue deteriorando políticamente y ha hecho explosión en cosas comerciales que anteriormente se disculpaban”, afirma Ponce.
Cuando Uruguay cerró en junio su presidencia rotativa semestral, el turno por orden alfabético correspondía a Venezuela. Pese a la negativa de Brasil, Argentina y Paraguay, el gobierno de Caracas decidió asumir el cargo de forma unilateral.
Y a esto hay que agregar otro factor crucial. La negociación de Mercosur con la Unión Europea para firmar un acuerdo de libre comercio.
“Europa puede llegar a usar como excusa para avanzar en el acuerdo la particular situación de irregularidad que vive un miembro dentro del propio bloque”, apunta Ponce.
Derechos humanos
Mientras en el comunicado de las cancillerías de Argentina y Paraguay sólo se cita genéricamente la falta del cumplimiento de “normativa esencial”, Brasil agregó más detalles.
En su escrito, el canciller José Serra habla de “importantes acuerdos” que Venezuela no ha incorporado. Entre ellos, cita el protocolo sobre el Compromiso con la Promoción y Protección de los Derechos Humanos firmado en 2005 en Asunción.
El conflicto entre los dos países se ha recrudecido tras la destitución de Rousseff el mes pasado. Venezuela decidió entonces congelar relaciones con Brasil por lo que considera como un “golpe de Estado”.
Serra, el ministro de Exteriores brasileño, por su parte, ha criticado la existencia de “presos políticos” en Venezuela en referencia a líderes opositores como Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, o Leopoldo López, entre otros.
“Venezuela vive bajo un régimen autoritario, no democrático”, dijo Serra la pasada semana. “Un país que tiene presos políticos no puede ser un país democrático”, añadió.
Su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez, condenó las acusaciones de un canciller al que califica “de facto”.
Brasil también asegura que Venezuela no ha incorporado el acuerdo de Residencia para los Nacionales de los miembros de Mercosur, que facilita la movilidad de personas y la tramitación de la residencia en el territorio común.
Si Venezuela no cumple con los requisitos de sus socios hasta el 1 de diciembre, será suspendida.
La “triple alianza”
La canciller Rodríguez respondió ayer con dureza. “Esta Declaración de la Triple Alianza del gobierno de Argentina, Paraguay y de facto de Brasil vulnera la legalidad de la organización”, señaló a través de su cuenta oficial en Twitter.
Mercosur ha sido en los últimos años uno de los principales respaldos para la golpeada economía de Venezuela, que debido sobre todo a la caída de los precios del petróleo sufre una alta inflación, una merma de las importaciones y desabastecimiento de alimentos y otros productos básicos.
El tono del enfrentamiento hace difícil un acuerdo antes de la fecha límite del 1 de diciembre dada por los cuatro miembros del bloque.