“¿Cuántas veces a la semana tenés relaciones con tu pareja?”. El interrogante es cotidiano. No es poco habitual que se hable de esta temática entre amigos o compañeros de trabajo. Algunos presumen -en exceso- disfrutar de una cantidad desmesurada de sexo semanal. Otros, en cambio, no pueden recordar cuándo fue la última vez que se dieron tiempo para el amor.
¿Existe una frecuencia ideal en la pareja? ¿Cómo repercute “tener buena cama” en la relación? Investigadores de la Universidad del Estado de Florida en Estados Unidos se dispusieron a responder este interrogante. Para eso, analizaron el comportamiento de 200 parejas recién casadas. La cantidad de encuentros y las “actitudes automáticas” (relacionadas directamente con la performance de cada uno) fueron las cuestiones que más se tuvieron en cuenta.
En la primera parte del estudio, las parejas completaron cuestionarios sobre su satisfacción con el vínculo, donde tuvieron que hacer valoraciones generales de calidad sobre cada flamante matrimonio. Luego los participantes debieron presionar una tecla específica para indicar si la palabra que aparecía en pantalla era “positiva o negativa”. Todo relacionado con el sexo.
También se le pidió a hombres y mujeres que estimen el número de veces que habían tenido relaciones sexuales en los últimos cuatro meses. Los investigadores encontraron que, entre los participantes, “tener más sexo” estaba mejor visto; mientras que “tener menos sexo” era un factor que se vinculaba a parejas infelices o insalubres.
La disputa en el sexo matrimonial
Inicialmente, los especialistas hallaron que no había asociación entre la frecuencia de las relaciones sexuales y la satisfacción de las personas en su relación. Sin embargo, cuando se examinaron las respuestas de comportamiento automático de los participantes, se descubrió un patrón diferente.
“Hemos encontrado que la frecuencia con la que las parejas tienen relaciones sexuales no tiene ninguna influencia sobre si están o no satisfechos con su relación. Sin embargo, la frecuencia sexual sí influye en los sentimientos: cuánto más sexo tienen, más espontáneos son con sus parejas”, explicó el psicólogo y autor principal del estudio, Lindsey L. Hicks.
Los expertos creen que sus hallazgos merecen una mayor investigación para ver “si esto se aplica a todas las parejas o específicamente a los recién casados”. En lo que respecta a la cantidad de sexo, no habría relación entre la poca frecuencia sexual y una crisis matrimonial. La calidad – a priori- es el factor determinante para que una relación continúe con normalidad.