Las contradicciones forman parte de la idiosincrasia humana, quizás una condición elevada a la máxima potencia en el imaginario popular argentino. El punto de inflexión que evidenció esta disparidad de criterios fue la preferencia de color en los autos. El más deseado no coincide con el más elegido: el histerismo nacional también brota de la imagen del campo automotor. La conclusión sugiere que a los argentinos les gustan los autos rojos pero los compran grises.
La investigación, gestionada por Axalta Coating Systems -proveedor global de pinturas líquidas y en polvo- y realizada por la consultora Voices!, comprendió una muestra representativa de mil ciudadanos de entre 16 y 50 años en agosto de 2016. El resultado del Informe Global de Popularidad de Color de la Industria del Automóvil confronta tendencias y aspectos de la personalidad. Los más audaces contra los conservadores, enfrentados por el color favorito de los autos.
El 23%, casi una cuarta parte de los encuestados, eligió como color ideal al rojo: los más audaces. Seguido de cerca por el blanco con un 19%, el negro con un 13% y el plateado y el azul con un 11% cada uno: los más conservadores. El rojo, una tonalidad más vistosa, es el preferido de los argentinos, pero si se combinaran todos los colores más tradicionales, la conclusión del estudio podría virar hacia una elección general más clásica.
De la investigación se desprende un factor trascendental para considerar en la inclinación de la sociedad: el color varía conforme a la edad. El 27% de los que prefieren el rojo son jóvenes de entre 16 y 29 años, mientras que en la franja de 30 a 50 años el porcentaje desciende a un 22%. Una demostración cabal de la audacia juvenil contra el conservadurismo más adulto. El color ganador también cuenta con mayor aceptación en las ciudades chicas (26%) y rurales (35%) en comparación a las urbes medianas (18%) y grandes (20%), y entre quienes no tienen auto (26%) y los que sí (19%).
La confrontación entre audaces y conservadores se potencia en los motivos que esgrimieron los encuestados para decidirse. Descontando que el 40% lo elija simplemente porque “le gusta el color”, el 16% lo prefirió porque le resulta “llamativo” mientras que el resto esgrimió razones algo más “convencionales”: se ensucia menos (14%) y es discreto (13%) se complotaron para teñir la investigación de una tonalidad más conservadora. Le sigue en términos porcentuales (uno de cada diez argentinos) la noción de que el color del auto es un reflejo fiel de la personalidad.
Sin embargo, el rojo podrá ser el color del deseo pero no el que luzca la mayor cantidad de vehículos en Argentina. Sólo el 12% aseguró tenerlo pintado con esa terminación, mientras que el 21% declaró tener un auto plateado y un 16%, blanco. En sintonía, el reporte de popularidad de color -de acuerdo a las ventas de Axalta en 2015- demostró que el blanco es el favorito para autos en el mundo con un 35%, seguido por el negro con un 18%, plateado en 13%, gris 10%, rojo 7% y azul, beige y marrón 6 por ciento.