El maltrato animal y la crueldad humana parecen no tener límites. Esta es la historia sobre un pequeño cachorro llamado Pascal que la sufrió en carne propia.
Unos veterinarios encontraron al animal petrificado, sin apenas síntomas de vida, después de que unos niños lo cubrieran de pegamento y barro.
Cuando lo encontraron el animal se había convertido en una estatua. La costra formada por el pegamento impedía el flujo de sangre en algunas partes de su cuerpo, que además había dañado severamente su piel, que absorbió los elementos tóxicos.
Esa gran costra endurecida que cubría todo el cuerpo del cachorro le causaba un gran dolor y le impedía cualquier movimiento. No se sabe cuántos días duró su agonía pero sí que estuvo al borde de la muerte.
En el último video aparece el animal al lado de otro cachorro en una clínica, aparentemente más recuperado, aunque los veterinarios aseguran que aún sigue muy débil.
