La expresidenta Cristina Kirchner lanza en Sarandí su Frente Unidad Ciudadana, con fuertes críticas al modelo económico de Cambiemos y un llamado a “ponerle un límite al Gobierno” para frenar “el ajuste”. Sin embargo, no confirmó si será o no candidata a senadora en las próximas elecciones.
La exmandataria dedicó buena parte de los 45 minutos de discurso a criticar la política económica del presidente Mauricio Macri, a la que contrastó -sin atisbos de autocrítica- con la de su gobierno.
“No hay ningún argentino que no conozca a alguien que no haya tenido o tengas problemas de trabajo. Nuevamente ha caído sobre nuestro país ese fantasma del desempleo, de la precarización laboral, de los bajos salarios, que durante tantos años no habíamos sufrido”, dijo a poco de comenzar a hablar, a las 15.15, en el estadio Julio Grondona de Sarandí.
“Los telegramas de despido o las suspensiones de despidos en las fábricas no son ‘voy a suspender a los de un partido y no a los de los otros’. Las suspensiones, los despidos, vienen con nombre y apellido de hombres y mujeres de carne y hueso. Y de eso se trata unidad ciudadana, de representar los intereses de los hombres y mujeres de carne y hueso”, dijo la expresidenta, ante un estadio colmado, que le cantaba “Cristina senadora”.
La expresidenta también criticó los “precios por las nubes” y las “tarifas de servicios impagables”.
“Nos han desorganizado la vida”, dijo Cristina Kirchner, y consideró que, antes de la administración Macri, una familia sabía con cuánto dinero contaba para solventarse, pagar las vacaciones y construir.
“Los números no dan. No están dando los números en los hogares, en los comercios, en las empresas pyme, que están al borde del cierre, a los científicos y científicas que ven cómo se escurre su presupeusto y no pueden seguir investigando”, dijo la expresidenta.
“Vengo a sumarme como una más”
Ante la multitud que le reclamaba por la candidatura al Senado, Cristina evitó definiciones.
“He tenido ya todos los honores y los cargos que ustedes me han dado. Vengo ahora a sumarme como una más, a poner el cuerpo, la cabeza y el corazón”, dijo.
“No desunamos, unamos porque necesitamos ponerle un límite a este Gobierno en las próximas elecciones para que pare el ajuste”, pidió.
Y luego hizo subir al escenario a decenas de “ciudadanos y ciudadanas” con problemas económicos, desde investigadoras del Conicet hasta empresarios pyme y trabajadores.
La estética -Cristina habló sin atril, en un escenario casi al ras del auditorio y con un repertorio de historia de vida de personas con penurias- se asimiló a los actos de campaña y de gestión de Macri.
“Esto es lo que yo llamo desorganizarle la vida a la gente, arruinarle la vida a la gente. El resto no importa. Tenemos que ordenarle la vida a los argentinos”, arengó.
Sobre el final, pareció dedicarle un elíptico mensaje a Florencio Randazzo -o a los intendentes que apoyan a su exministro-: “Por la propia endogamia de los partidos, los dirigentes terminan creyéndose más importantes que la sociedad. Yo quiero volver a ser parte de un movimiento en el que lo importante sea el pueblo”, dijo. “Esta es la Argentina que queremos, esto es Unidad Ciudadana. Para que lo entiendan todos y todas”, sostuvo.