Entre lo judicial y lo político, con el mensaje que la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner subió a su página de Facebook le pasó el trapo a quienes considera responsables de “una campaña de persecución y difamación contra el Gobierno que presidí”. En el texto repasa algunos hechos recientes relativos a las varias causas que tiene en tribunales, donde se refugia “el Partido Judicial” ayudado por “los medios hegemónicos”.
Por ejemplo, carga contra el fiscal Gerardo Pollicita por pedir la suspensión del secreto fiscal de la familia Kirchner, medida ya incorporada a la causa Hotesur. Pero señala que el juez ya ordenó una pericia contable, que Pollicita “de manera inexplicable viene dilatando”.
El más vapuleado es el juez Claudio Bonadío, al que trata de “oscuro personaje”, reprochándole que la haya citado por un trámite formal que podría hacerse vía teleconferencia. La ex mandataria deplora que ese juez “volvió a ordenar nuevos allanamientos en la provincia de Santa Cruz, incluso en domicilios que ya fueron allanados en más de una oportunidad en este último año”.
También caen bajo la picota cristinista los camaristas Eduardo Farah y Martín Irurzun, de quienes recuerda que “se encuentran actualmente denunciados por el delito de prevaricato cometido en mi contra en la causa del ‘Dólar futuro'”. Los acusa, además, de “imponerle a Casanello -a quien, repito una vez más, no conozco- la obligación de investigarme por hechos que ya se encuentran a conocimiento de otros juzgados”.
Todo eso, según CFK, sería para “instalar en la opinión pública que el anterior gobierno durante los doce años y medio de gestión, tuvo como único propósito cometer delitos de manera indiscriminada. Se intenta crear un nuevo tipo de delito: el de haber pertenecido al gobierno durante el período 2003-2015”.
Por último, afirma que se intenta “distraer a la población mientras el ajuste y la debacle económica aumentan la pobreza, la desigualdad y la inseguridad de manera ya inocultable y exponencial”.