Aún preso en el penal de Ezeiza, Cristian Lanattarompió el silencio y habló de la cinematográfica fuga que protagonizó junto a su hermano Martín y Víctor Schillaci, los otros dos condenados acusados de ser los autores materiales del triple crimen de General Rodríguez vinculado al tráfico de efedrina.
Contó que escaparse de la cárcel de General Alvear no fue planeado sino que los dejaron salir porque los querían matar: “Nos abrieron la puerta y salimos. Vivimos una situación horrible y volvimos a escapar. Había un plan para matarnos a sangre fría. Por suerte seguimos vivos pero el peligro no terminó”.
Si bien no reveló quién estuvo detrás de la fuga porque aún tiene que declarar, insistió en que la idea era asesinarlos: “Nos llevaron a un lugar donde había un sicario. Y nos fugamos de ahí porque si no éramos boleta”.
Si bien en sus dichos se pone en el papel de víctima, al ser consultado por el portal Big Bang News por los policías y gendarmes que mataron, expresó: “Todo lo hicimos para salvar nuestra vida. No pensábamos entregarnos. Estábamos dispuestos a todo para seguir en la calle. Algunos periodistas dijeron muchas mentiras. Ya se sabrá la verdad, muy pronto”.
También sostuvo que en la persecución no había un destino: “Fue todo improvisado. Los catorce días de la fuga fueron una película de la que aún no logro salir. Estábamos sin protección, sin un peso, no pensábamos ver a ningún narco.Involucraron a mucha gente que no tenía nada que ver y no quiero nombrar”.
Y agregó: “Sólo queríamos fugar de una emboscada que nos hicieron cuando nos sacaron de la cárcel. Luchamos por nuestra vida porque estábamos en peligro. Nos querían matar, había un plan para matarnos a sangre fría. No íbamos a entregarnos, pensábamos resistir. Pero el hambre y la sed nos debilitaron”.
“Es como una película del Lejano Oeste, esa que miraba de pibe. A veces me levanto y creo que yo no estuve ahí, ahora salí de la película y siento que todo es un infierno”, describió.
En la entrevista, aprovechó para desligarse del crimen de Forza, Ferrón y Bina: “Nos condenaron sin pruebas y hubo muchas irregularidades que ya se sabrán. Si vas a mi barrio te van a decir quién era yo. Todavía no lo pueden creer. No sé cómo terminé en todo esto. Nunca vi a Forza, Ferrón y Bina. Mi hermano, Schillaci y yo no los matamos. Todo esto fue armado. Lo diremos todo cuando podamos declarar ante la Justicia”.
Al respecto, dijo que no puede responder si van a declarar contra Aníbal Fernández, acusado por Martín Lanatta de ser “La Morsa”, y ratificó que los involucraron en el crimen: “Esto es una cama gigantesca. Hasta en su momento un fiscal mandó a un pastor para que me hiciera la cabeza para acusar a mi hermano. Es todo una locura”.