El cotejo de ADN realizado en la causa que investiga el crimen de la joven Anahí Benítez dio positivo con las muestras correspondientes a Marcelo Villalba, uno de los dos detenidos. El acusado, de 40 años, es quien tenía en su poder el celular de la chica, de 16.
Si bien en un principio la autopsia no había arrojado resultados positivos, exámenes recientes determinaron que Anahí fue abusada sexualmente mientras estuvo cautiva, entre el día de su desaparición, el 29 de julio, y el de su asesinato, el 3 de agosto.
Este miércoles la pericia de laboratorio por el crimen de Anahí dio positivo tras el hisopado en el cuerpo de la joven, con el semen de Marcelo Villalba, el último detenido en la causa, luego de que se comprobara que el teléfono de la adolescente había estado en su poder.
Según los últimos datos de fuentes judiciales, fueron los análisis sobre las muestras tomadas del cuerpo de la joven los que confirmaron la presencia de “fosfatasa ácida prostática (semen) en la zona del ano”. El hallazgo demostró que había habido actividad sexual durante el secuestro de la adolescente.
La hipótesis de las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, es que Anahí habría sido abusada bajo amenazas o los efectos de algún narcótico, en un estado de shock producto de un golpe o por alguna sustancia. Además se intenta dilucidar cuántas personas estuvieron implicadas en el hecho.
¿Quién es Marcelo Villalba?
Marcelo Gabriel Villalba, de 40 años, soltero y desocupado, con domicilio en calle Oliden al 1200 de Lomas de Zamora, a unas 15 cuadras del parque natural Santa Catalina donde se encontró el cuerpo de Anahí el 4 de agosto pasado, quedó detenido luego de que se comprobara que el celular de la joven había estado en su poder.
El teléfono estaba en poder del hijo de Villalba, de 16 años, mientras que en un terreno baldío lindero al domicilio del sospechoso, los investigadores dieron con la funda del celular de la joven asesinada. Villalba quedó detenido a partir del interrogante de cómo el dispositivo había llegado hasta él.
El IMEI, un código que identifica cada equipo celular a nivel mundial, se activó en la mañana del 16 de agosto pasado cuando se le colocó un nuevo chip que emitió una señal que inmediatamente permitió a los investigadores obtener una dirección en la calle Jorge y Madrid de Lomas de Zamora, a unas cinco cuadras de la reserva donde encontraron el cuerpo de la menor el 4 de agosto pasado.
En esa vivienda, propiedad de Miguel Villalba de 75 años, padre del Marcelo Gabriel, es donde se realizó el primer allanamiento. Al momento de la llegada de las autoridades, el dueño de casa se encontraba junto a su ex nuera de 36 años y a sus dos nietos, uno de los cuales tenía el celular de Anahí en su poder.
Fue a partir del testimonio del joven de 16 años, que dijo que el teléfono se lo había regalado su papá, que se reactivó la investigación y que motivó cuatro nuevos allanamiento ese mismo miércoles. Uno de ellos fue en la casa del nuevo detenido en calle Oliden de donde se secuestraron varios elementos más, entre ellos la funda del celular de Anahí en el terreno baldío lindero a la propiedad.
Marcelo Gabriel Villalba quedó aprehendido en un principio por encubrimiento agravado, es decir sospechado de ser partícipe secundario del hecho, y su hijo Joaquín en calidad de testigo. Sin embargo ante las últimas novedades es probable que la figura legal que recae sobre él cambie en las próximas horas