Hernán Crespo se fue de River en lo más alto, siendo autor de un doblete en la final de la Copa Libertadores de 1996. Luego de una extensa carrera en el fútbol europeo, principalmente en Italia, el delantero quiso volver a jugar en un Millonario que atravesaba un presente completamente diferente al de las épocas en la que vestía la banda roja. River peleaba la permanencia y cuando finalizó su contrato con el Parma en la temporada 2010/2011 decidió no aceptar la renovación y viajar a Buenos Aires, decidido a instalarse.
En una entrevista que brindó al Diario Olé, Crespo contó que llamó a Daniel Passarella, presidente de la institución en ese entonces, para juntarse a hablar, pero el dirigente le pidió paciencia “porque era un momento complicado para él”. Sin embargo, por esas casualidades de la vida, ese mismo día el delantero y el mandatario se encontraron. “Fui a comer con mi mujer y mis hijas a un shopping y él estaba en la mesa de al lado”, relató Crespo.
Lo que jamás se hubiese imaginado fue la conversación que tuvieron al encontrarse. “Me dijo que quería hablar conmigo y le dije que había venido al país para eso. Y ahí llegó la frase… ‘Escuchame, ¿no tenés 300 lucas? Necesito para el fideicomiso y otras cosas’. Lo miré y no lo podía creer. Quería hablar con él para volver a River y me vino con esto”, contó el ex delantero de Inter y Lazio, entre otros clubes.
En ese momento, Crespo desistió de toda posibilidad de jugar una vez más en el club que lo vio nacer. “Mirá Daniel, si es para comprar jugadores te puedo dar una mano desde Italia. Ya está, gracias”, fue la respuesta del 9. El desenlace es ya conocido por todos. River terminó descendiendo a la B por primera vez en su historia, mientras que Crespo terminó renovando por un año más en Italia para luego iniciar su carrera como entrenador.
