Para el jefe de la misión argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Diego Gusman, los serios problemas que presentaron los departamentos de la Villa de los Atletas donde se alojarán los deportistas de nuestro país demuestran no simplemente una falta de terminación de las obras sino que apuntan a algún tipo de boicot a los organizadores.
“Al entrar fue evidente que faltaba todo el final de obra; había muchos detalles sin acabar. Empezamos a probar la luz, el agua y fue como que los departamentos estallaron: había pérdidas de agua en las paredes, en el techo. Había cosas hechas a las apuradas y con materiales de mala calidad, pero creemos que también hubo cierto sabotaje porque ¿cómo se explica si no el que hubiera bloques de cemento dentro de las cañerías? Es un desastre y las fallas se repiten en toda la Villa”, afirmó a LA NACION Gusman, quien ya participó de dos Olimpíadas de la Juventud, dos Juegos Sudamericanos, dos Panamericanos y de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
De los cinco pisos de departamentos destinados a la Argentina, dos estaban en condiciones inhabitables, según reveló por mañana el presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Gerardo Werthein.
Por la tarde, sin intención de buscar culpables pero con la determinación de solucionar los obstáculos para que los atletas argentinos puedan disfrutar de condiciones mínimas e indispensables para su hospedaje, Gusman coordinaba el ingreso de obreros, plomeros y electricistas a los departamentos mientras buscaba un alojamiento de respaldo si fuera necesario para los 213 deportistas de nuestro país y sus equipos técnicos. No obstante sus prioridades, resaltó que hubo alguna cuestión de fondo que llevó a que varias delegaciones se quejaran del estado de la Villa de los Atletas, en Barra de Tijuca.
“No sé si el consorcio que contrataron para la construcción no inspeccionó los departamentos o si alguien lo hizo a propósito para generar problemas, pero en muchísimas de las unidades no están dadas las normas de seguridad para alojar a los atletas”, indicó.
Y aclaró que una de las delegaciones que más fallas encontró fue la de Brasil, con 465 deportistas, la más numerosa que ha tenido el país en su historia. “Brasil está peor que nosotros, apenas tiene unos 30 departamentos en condiciones. Lo que estamos tratando de hacer es dar una mano para que todo esté listo lo antes posible. Si no, esto reflejará muy mal en la eficiencia latinoamericana para organizar este tipo de grandes eventos deportivos. A nosotros nos preocupa especialmente cómo se ve América latina porque estamos preparando a Buenos Aires como sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018”, explicó.
Más allá del equipo de vela, que lleva ya varias semanas en Río y está alojado fuera de la Villa de los Atletas, en el barrio más céntrico de Flamengo, hoy llegaron a la ciudad los primeros nueve deportistas argentinos: tres de tiro, tres de judo y tres de remo, que conforman el equipo completo para esa modalidad.
El Comité Organizador de Río 2016 se comprometió a resolver las fallas cuanto antes, como máximo hasta el viernes, y desde temprano se vio en la Villa a un contingente de unos 500 obreros que llegaron para terminar las obras.
Por las dudas, Gusman optó por tener listo un plan B: ya tiene reservados unos departamentos en un lugar muy cercano al Parque Olímpico de Barra de Tijuca. Su temor es que los problemas no se solucionen a tiempo para los primeros días de la próxima semana, cuando arribarán los atletas de los deportes de equipo más grandes, como fútbol. En ese caso drástico, faltarían 80 camas que serían buscadas fuera de la villa. No sacaría a ningún atleta y pondría allí a los oficiales técnicos, aclaró.
Ante esa eventualidad, la Argentina tendría que pagar esos alojamientos externos, pero al menos no serían personas que requerirían de escoltas de seguridad, como los atletas.
“Esperemos que no sea necesario, y que todo esté listo antes de que termine esta semana”, finalizó Gusman.