En ocasiones es probable que hables sin pensar o que termines diciendo cosas que puedan afectar negativamente a tus hijos. Aquí hay algunos casos a tener en cuenta.Ten cuidado con lo que dices porque en ocasiones volver a la sabiduría de la vieja escuela para decir cosas que piensas que son correctas pero que realmente pueden afectar negativamente a tus hijos. Como padres necesitamos ver lo que decimos y darnos cuenta de si es bueno o malo para nuestros hijos. Recuerda que cada palabra que dices estarán dando forma a la manera de pensar de tus hijos.
Por todo esto, quiero comentarte algunas cosas que es mejor que no digas a tus hijos porque les estarás haciendo daño emocionalmente sin que tan siquiera, te des cuenta.
Come todo lo que hay en el plato
¿Cuántas veces has escuchado a los padres decir esta frase a sus hijos? Pero, tú cuando no tienes más hambre, ¿te obligas a comer todo lo que tienes en el plato? Seguramente no, porque acabarías vomitando. Entonces, ¿por qué obligamos a los niños a hacerlo? Comer todo lo que hay en el plato es lo que socialmente consideramos que está bien visto y que es de buena educación, pero también hay investigaciones que demuestran que éste tipo de adoctrinamiento es una mala idea.
Si tu hijo te dice que no tiene más hambre, déjale de ése modo. Establece unas rutinas de alimentación para que sepa cuándo toca comer y cuando no. Pero no le obligues a comer porque entonces tendrá una relación tóxica con la comida. Además, podrían condicionar el comer en exceso con ser bueno… algo que podría ocasionarles problemas de alimentación.
Necesito hacer dieta
No importa cómo te sientes acerca de tu peso, intenta no compartir esas inquietudes con tu hijo. Los resultados de varias encuestas sugieren que los mensajes que los padres dicen acerca de sus cuerpos pueden expresar directamente las propias actitudes hacia la imagen de su cuerpo, y los niños pueden empezar a sentir vergüenza desde edades tempranas sobre el cuerpo, que puede conducir a trastornos de alimentación.
Por este motivo, es necesario cambiar la conversación y centrarse en los alimentos saludables y en tener un estilo de vida saludable, de modo que toda la familia pueda estar fuerte y en forma… sin importar tanto la imagen corporal. No le des poder al patrón de belleza establecido en esta sociedad.
‘No llores como una nena’, ‘Sé un hombre’
Los estereotipos de género pueden comenzar desde una edad temprana, explicando a los niños que actuar de una determinada forma es lo correcto. Pero en lugar de esto, no le digas a tu hijo qué debe hacer explica por qué quieres que lo haga y por supuesto, no utilices los estereotipos de género y permite que tu hija sea tal cuál es, sin más.
Por ejemplo si tu hijo está nervioso puedes utilizar la empatía para entender sus emociones, si a tu hija le gusta jugar al futbol en lugar de compararle con otros niños o decirle cosas como: ‘eso son cosas de niños’, apóyale en lo que le gusta y que vea que tú también disfrutas viéndola pasarlo bien.