El gobierno de Corea del Norte aseguró hoy que ya está en condiciones de realizar un prueba de misil balístico intercontinental (MBI) y que ese test se llevará a cabo “en cualquier momento y lugar”, y aseguró que el desarrollo de ese proyectil es la respuesta de Pyongyang a la “amenaza nuclear cada vez más perversa” de los Estados Unidos.
“El MBI será lanzado en cualquier momento y desde cualquier localización determinada bajo la dirección del líder, Kim Jong-un”, señaló un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano citado por la agencia estatal de noticias KCNA.
Kim había advertido el 1° de enero en su mensaje de Año Nuevo que los misiles experimentales de alcance intercontinental norcoreanos ya se encontraban en la “fase final” de su desarrollo.
La última vez que Corea del Norte efectuó una prueba de un proyectil de estas características fue el 7 febrero de 2016, lo que unido a un ensayo nuclear realizado un mes antes llevó a que la ONU impusiera unas estrictas sanciones a Pyongyang.
Varios expertos consideran muy probable que Pyongyang realice nuevos ensayos armamentísticos a principios de año para potenciar el desarrollo de su programa de misiles y armas nucleares.
Sobre el anuncio norcoreano. el gobierno chino afirmó estar “profundamente preocupado”, según declaró Lu Kang, portavoz de la Cancillería, en una rueda de prensa en Beijing.
“La situación actual en la península coreana sigue siendo compleja y sensible. Instamos a todas las partes relevantes a que se abstengan de escalar la tensión”
El portavoz chino recordó que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene “estipulaciones explícitas” sobre el desarrollo de misiles utilizando tecnología balística por parte de Pyongyang, en referencia a las sanciones adoptadas el año pasado por ese organismo contra el país asiático.
“China seguirá de cerca la situación y realizará su debida contribución para mantener la paz y estabilidad regional”, añadió Lu.
El gigante asiático, principal apoyo internacional de Corea del Norte, se ha distanciado de Pyongyang en los últimos tiempos a raíz de sus últimas pruebas armamentísticas, aunque condena igualmente el despliegue del escudo antimisiles THAAD de Estados Unidos en Corea del Sur.
