La historia de Angus es tan valiosa como sorprendente. Es un perro de la raza inglesa Springer spaniels, cazador por naturaleza pero entrenado para detectar una súper bacteria en Vancouver, Canadá. Se trata de la Clostridium diffícile, que ataca a personas con el sistema inmunitario debilitado por antibióticos y provoca una diarrea que puede ser letal.
Estas súper bacterias están presentes en los intestinos de muchas personas y en la materia fecal que permanece en las habitaciones del centro de salud, aún después de que el personal del lugar cumpla las tareas de limpieza. De esa manera los pacientes podrían contagiarse con solo tocar posibles superficies infectadas y llevarse luego sus manos a la boca. Así le sucedió hace tres años a Teresa Zurberg, enfermera del hospital que casi muere por infectarse con C-diffícile.
La mujer, entrenadora de perros que detectan drogas y explosivos, estuvo cinco días internada al borde de la muerte y llegó a perder nueve kilos, pero logró recuperarse y decidió preparar a su mascota, que desde el verano pasado ya probó la presencia de esta bacteria en más de un centenar de lugares distintos del hospital. Angus recibió una formación específica que le permite ser capaz de olfatear las toxinas contenidas en la bacteria y que son invisibles a simple vista.
Cuando nota la existencia de la bacteria en un sitio determinado, un robot desinfecta la zona mediante una luz ultravioleta con una eficacia del 99, 9%. Actualmente, el perro de la enfermera trabaja allí durante cuatro días a la semana y su tarea es tan importante que en una oportunidad hasta pudo detectar C-difficile en los pantalones vaqueros de un paciente que había llegado con diarrea y al que le darían el alta ese mismo día.
Esta súper bacteria puede incrementar su peligro si empieza a crecer en forma descontrolada, ya que libera toxinas que atacan el recubrimiento de los intestinos y produce síntomas como diarrea y dolor de estómago intensos, pérdida del apetito, fiebre y sangre o pus en las heces. “Después de que Angus encuentre estas ‘manchas’, las bacterias son fáciles de matar con luz ultravioleta, lo que potencialmente salva la vida de los pacientes”, manifestó Elizabeth Bryce, directora de Control de Infecciones de Salud Costera de Vancouver.
En Canadá, 700 personas son tratadas cada año debido a infecciones provocadas por Clostridium diffícile. Y su detección por medio del olfato canino da muchas ventajas en cuanto a la agilidad del proceso de detección y limpieza del área infectada. Por eso, tras finalizar con éxito su período de preparación y prueba, otro perro llamado Dodger ya se unió al equipo y cumple funciones junto a Angus.