Cada vez que la pulga nos deleita con su magia futbolera en cualquier estadio, nos alegra el corazón, más aún para los catalanes que lo disfrutan in situ, y aunque parece una frase hecha, llegaron a medir cómo late su tierra cuando una pelota de Messi toca la red contraria.
Científicos instalaron un sismógrafo cerca del Camp Nou que detecta las vibraciones cada vez que la multitud celebra un punto de Lio. Constataron un claro aumento en la intensidad de las vibraciones cuando los fanáticos festejan los goles del jugador argentino.
El sismograma que quizás captó mejor este fenómeno se registró durante el partido del Barça contra el Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones de la temporada pasada. Cuatro minutos antes de que terminara el partido el 9 de marzo de 2017, el equipo anotó un gol de último momento para conseguir una famosa victoria de 6-1 jugando de local, que daba el pase a la siguiente ronda de la competición.
El deleite apasionado de los fanáticos quedó marcado en el dibujo del sismógrafo que captó los minúsculos seísmos, equivalentes a una magnitud aproximada de 1 (imperceptible para las personas) en la escala de Richter. En el sismograma se aprecian los colores amarillo, verde y rojo, que corresponden a los momentos en los que las ondas sísmicas tienen mayor energía.
Esta sismología del fútbol se discutió en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias (EGU, por sus siglas en inglés) en Viena, Austria. Es obra de Jordi Díaz y sus colegas del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, de la capital catalana.
El sismómetro de banda ancha está ubicado a 500 metros del estadio, en el sótano del instituto. Al principio, era solo un proyecto de divulgación, algo para hacer que el público se entusiasme con esta rama de la ciencia. Pero luego su grupo de investigación comenzó a notar algunas características interesantes que llevaron a una investigación más profunda.
Según Díaz, “el procesado de este tipo de señales permite mejorar la comprensión de algunos de los detalles de la propagación de las ondas sísmicas, adquiriendo conocimientos que posteriormente pueden aplicarse a la investigación de eventos sísmicos naturales”.
“No es la primera vez que captamos señales de origen antrópico con nuestro sismómetro, con el que hemos podido registrar también otro tipo fenómenos como el paso del metro o el tráfico en la avenida Diagonal”, concluyó Díaz.