Demian Reidel, vicepresidente del Banco Central , admitió que el segundo semestre será difícil para cumplir con la meta de inflación del 17% anual puesta por la entidad. “La inflación núcleo deben estar entre 9,4 y 14,9 por ciento. Estamos por arriba del sendero, claramente hay un desvío pero nos falta la segunda mitad del año. No es una meta imposible de cumplir, sino difícil. Estamos trabajando ya de cara a la meta del 2018 que es del 8% al 12%”.
En un almuerzo organizado por la Fundación Mediterránea -en el que reemplazo al anunciado Federico Sturzenegger -, marcó que el dato preocupante es la persistencia de la inflación núcleo lo que llevó al endurecimiento de la política monetaria e indicó: “Bajó mucho en el primer semestre del año pasado y ahora se mantiene estable, lo que vemos con preocupación y ocupación”.
Reidel enfatizó que la tasa de interés real que era elevada cuando la inflación era alta: “La dejamos caer consistentemente con un proceso que parecía más consolidado de baja de la inflación núcleo. A medida de que nos convencimos de que se había interrumpido, empezamos a subir la tasa real, la duplicamos de cinco a diez de marzo a hoy”. Definió el modelo como “un año de endurecimiento de la política monetaria”. Graficó: “Bajando la inflación vamos a lograr una mayor eficiencia y equidad en la economía”.
Respecto del tipo de cambio -tema sobre el que estaban concentradas las expectativas de los empresarios-, Reidel repitió varias veces que el BCRA sólo intervendrá cuando “haya políticas disruptivas”.
“Tenemos una política flexible; hemos intervenido la semana pasada; no para determinar un tipo de cambio, no estamos volviendo a un tipo de cambio fijo. Sólo vamos a intervenir cuando haya políticas disruptivas”, dijo.
“No vamos a intervenir para modificar el valor”, reiteró. Reidel insistió en que la reactivación de la economía se “consolida” con una suba de todos sus componentes (PBI, consumo público y privado, exportaciones e inversiones).
Por Gabriela Origlia