Cómo serán las vacaciones del gabinete de Macri

Macri quiere diferenciarse del gobierno anterior

Al menos en las formas, Mauricio Macri quiere dejar atrás el estilo de Néstor y Cristina Kirchner, que entre otras extravagancias habían implementado un acotado régimen de vacaciones para sus funcionarios, que debían irse casi a escondidas o veranear los fines de semana. En busca de lo opuesto, en la Casa Rosada empezaron a esbozar el cronograma de descanso de los ministros que, según fuentes oficiales, deberán tomarse vacaciones lo antes posible, es decir al inicio de la temporada.

Esa fue, según explicaron en el primer piso de la Casa de Gobierno, la decisión presidencial que bajó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a los funcionarios de primera línea. “Queremos que alrededor del 20 de enero o, como mucho, fines de ese mes, estén todos de vuelta trabajando. Estamos viendo de ponernos de acuerdo para que tampoco se vayan todos juntos”, aseguraron. La idea de Macri es que, en febrero, estén todos en sus despachos, de cara al calendario electoral del próximo año que será crucial para la coalición de gobierno.

En línea con el pedido, por lo menos cuatro de los principales ministros del gabinete -que el primer fin de semana de diciembre se recluirá junto a Macri en el complejo de Chapadmalal para una especie de retiro espiritual- le confiaron a este medio que se tomarán los últimos días de diciembre y los primeros de enero. Los cuatro abundaron, además, en que el lugar elegido para descansar será fuera del país.

Es que, en ese sentido, desde el entorno del Presidente no habrá restricciones en cuanto a los destinos: “Apelamos a la conciencia de cada ministro”. La frase apunta a evitar eventuales ostentaciones de parte de los funcionarios de cara a un fin de año económico y socialmente complicado.

Macri, por su parte, tiene planeado irse hacia fin de diciembre a Villa La Angostura, en el sur del país, al igual que hace un año. Se recluiría junto a su familia en el selecto Country Club Cumelén junto a Nicolás Caputo, el más íntimo de sus amigos. En estos meses, Macri ya tuvo varias escapadas: además del sur, viajó a descansar a Tandil. También lo hicieron algunos de los principales funcionarios que durante el verano pasado siguieron de largo por el desembarco en la Casa Rosada y después de una larga campaña electoral. Algunos, como Francisco Cabrera, desoyeron la idea de poca ostentación: el ministro de Producción viajó en vuelo privado a Punta del Este durante la Semana Santa, en medio del durísimo ajuste en la economía propuesto por el Gobierno, lo que provocó un serio malestar en el jefe de Gabinete. Hace varias semanas, Cabrera volvió a irse unos días a la costa uruguaya.

En el caso de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal autorizó a sus ministros para tomarse dos semanas de vacaciones en el destino que elijan. Y pidió que se desconecten lo máximo posible. ¿La explicación? “El año que viene no viaja nadie”, avisó la gobernadora. Ni siquiera habrá lugar para viajes oficiales. Mientras, Vidal ya eligió donde pasará sus quince días de descanso: la primera semana de enero en las playas de México, y la segunda en Mar del Plata, el lugar de veraneo que inmortalizó su antecesor, Daniel Scioli, cuando no optaba por escaparse en algunos de los vuelos privados en los que se embarcó hacia el exterior.