Marco López tuvo un trabajo de riesgo durante las primeras semanas de junio: cuidar a los jugadores de la selección argentina. Como guardias de seguridad del predio del Spartans Camp, en San José, donde el equipo del Tata Martino tuvo su primera concentración en la Copa América 2016, debía controlar que ningún intruso estuviera cerca del equipo. Lo curioso, según revelaron los enviados especiales de LA NACIÓN, fue que no tenía idea quién era Lionel Messi. “Ah… ¿Y es bueno?”, respondió ante la sorpresa de sus interlocutores.
En Estados Unidos, el fútbol (o ‘soccer’, como lo llaman) está lejos de ser uno de los deportes más populares: ocupa el quinto lugar en el gusto de la gente, por detrás del fútbol americano, el beisbol, el básquetbol y ¿el hockey sobre hielo? Incluso, la cobertura de los medios locales es escasa, como si no se estuviese jugando allí.
Sin embargo, eso comenzó a cambiar en las últimas horas. Que Estados Unidos haya llegado a la semifinal por segunda vez en su historia y que el rival sea la Argentina, “el mejor equipo del mundo” -como destacan los portales-, ha despertado un poco en interés de los medios de comunicación. “Si el equipo accede a la final, será el logro más notable en la historia del fútbol estadounidense”, destaca el USA Today. “Todo parecía poco creíble hace dos semanas, cuando la derrota con Colombia presagiaba una pronta eliminación y el despido de Klinsmann (el entrenador)”, agrega.
Pero claro, el hecho de enfrentar a Messi también potenció el interés de los aficionados locales. “Sólo hay que detenerlo. Suena bastante simple, ¿verdad? En realidad, una tarea así es, tal vez, lo más difícil en el deporte, que es la razón por la que Messi, el pequeño maestro de la Argentina, es para muchos el mejor jugador de esta época y, sin dudas, uno de los mejores de todos los tiempos”, detalla, sin ahorrar en elogios, la misma publicación.
El The Whasington Post no sólo destaca el nivel de la Pulga, sino de varios integrantes de la selección argentina. “Se enfrentarán a Messi, el mejor jugador del mundo en cinco oportunidades; a Higuaín, un anotador letal en Europa durante ocho años; y a Javier Mascherano, compañero de equipo de Barcelona de Messi y el corazón del club y del país”.
¿Cómo detener a Messi? Esa es la pregunta que muchos se hacen en Norteamérica por estas horas, en especial en el corazón del plantel local. “Él es probablemente el mejor de todos los tiempos. Pero hay un montón de ejemplos de partidos en los que los equipos han hecho un juego duro contra él. Le hacen los espacios más estrechos, lo obligan a tener que abrir o tocar la pelota o incluso hacer que le quede para su pie derecho. Hay que tener la mentalidad y el compromiso de hacerlo una y otra y otra vez durante 90 minutos”, Michael Bradley, el capitán del equipo.
El entrenador Jürgen Klinsmann fue optimista con el hecho de enfrentar al crack de Barcelona y sacó a relucir “la teoría Cristiano Ronaldo”, por llamarla de alguna manera. Es que recordó el empate 2-2 entre Estados Unidos y Portugal, durante la fase de grupos del Mundial 2014, en el que el conjunto luso llegó al empate recién en la última jugada. “No hay necesidad de hablar y de hacer a la Argentina más grande de lo que es. Hace dos años jugamos en contra de Cristiano Ronaldo e hicimos un gran juego, también. Fuimos ganando 2-1 hasta el minuto 96. Llegamos hasta ese momento y ahora tenemos hambre para dar el siguiente paso, a pesar de que entendemos que es un gran rival”, sentenció el DT.
Además, los medios locales también destacan la igualdad 1-1 entre EE.UU. y la Argentina, en 2011, cuando le impidieron a Messi “jugar libre”.
Mañana, casi no quedarán norteamericanos que no conozcan a Leo Messi. Tienen dos chances: recordarán el día que eliminaron de la Copa al mejor jugador del mundo u olvidarán la jornada en la que les arruinó el torneo en casa. La suerte está echada.