Es posible eliminar con facilidad hasta el 70 % de todos estos productos, ganando en espacio y teniendo la seguridad de que estamos siendo eco-responsables.
El primer paso es comprender que no necesitamos todo lo que compramos mensualmente. A veces, las propias industrias son las que nos venden la necesidad, y con ella el propio producto. Por eso, que nuestros neceseres suelen estar llenos de cremas o compuestos hidratantes, anti sequedad, limpiadores, blanqueadores y un largo etcétera. Con una buena alimentación y la ingesta de agua adecuada, podremos estar más sanos por dentro y reducir el uso de estos productos, como decimos a menudo innecesarios.
Paso uno: prescindir de todo aquello que, en realidad, no necesitamos
Por ello, desde hoy podemos hacer una “limpieza” de nuestros productos y dejar sólo los imprescindibles. Piensa qué te hace falta realmente y de lo que puedes prescindir, para evitar comprarlo nuevamente. Deshazte de los envases que sólo ocupan espacio en tu cuarto de baño y recíclalos, así como los botes de cremas y otros productos vacíos. La próxima vez que necesites adquirir un producto determinado para tu piel o cabello, sopesa las opciones de productos naturales.
Puedes adquirirlos en tiendas de higiene y belleza naturales o incluso fabricarlos tú mismo/a, como mascarillas naturales para el pelo, dentífrico o jabones. Por ejemplo, el jabón natural en pastillas te servirá para la limpieza corporal y te durará muchísimo tiempo, sin apenas ocupar espacio en tu cuarto de baño y evitando que expongas tu piel a productos naturales de grandes laboratorios. El objetivo es elegir productos “multi-función” en lugar de específicos (por ejemplo, una crema hidratante para pies y otra para manos; muchas veces la misma nos servirá para todo el cuerpo). Intentaremos que nuestro ritual de belleza camine hacia el minimalismo, lo que no comportará un menor cuidado de nuestro cuerpo, sino todo lo contrario.
La madre naturaleza es suficientemente capaz de darnos todos los productos que nos pueden servir en nuestro cuarto de baño. Por ejemplo, las flores, plantas, hojas, frutas, verduras y otros elementos naturales nos darán maravillosos resultados libes de químicos para nuestro cuidado diario y el de los nuestros.
Si optamos por los remedios naturales, tenemos tres alternativas: utilizarlos “en crudo”, por ejemplo, el aloe vera o el pepino tienen grandes cualidades hidratantes para la piel y podemos aplicarlos directamente sobre ésta. También podemos ponernos manos a la obra y mezclar varios de estos productos naturales como más nos guste (es el caso de las mascarillas naturales de elaboración casera o de los jabones que podemos personalizar con diferentes flores y aromas). La tercera opción, si no tienes tiempo y eres aún inexperto/a, como hemos mencionado, es adquirirlos en tiendas de belleza y aseo naturales. El precio puede ser algo superior, pero nos durarán mucho tiempo y a la larga, estaremos economizando muchísimo dinero aplicando esta tendencia minimalista y escogiendo productos multi-funcionales.
Plantéate un objetivo de reducción de productos y fija tu rutina de belleza para determinar cuáles de ellos te convienen más según tus necesidades. Verás cómo en pocos meses estás usando sólo los productos que necesitas y tu piel se acostumbra a estar menos expuesta a ellos y, sobre todo, a ser tratada de un modo mucho más natural, sin químicos ni conservantes. También es muy importante, a la hora de decantarse por uno u otro producto, escogerlos sin envases, ya que la fabricación y distribución de envases del mundo de la cosmética contribuyen enormemente a la contaminación. En muchas tiendas naturales, te darán el producto sin envase alguno (por ejemplo, una pastilla de jabón) o incluso puedes llevarte tus propios frascos y pagar por la cantidad al peso que te lleves.
Lista de pasos a seguir para cumplir este bonito desafío ecológico
– Identifica tus necesidades. Hay productos necesarios para nuestra belleza, como un champú, dentífrico, un perfume si te gusta llevarlos, desodorante, incluso cremas para hidratarnos y mascarillas, aunque éstas últimas no le hacen falta a todo el mundo. Una piel sana tiene la capacidad de hidratarse sola sin necesidad de agentes externos.
– Haz una limpieza de productos que sólo ocupen sitio en tu cuarto de baño para determinar por qué los compraste y si realmente era necesaria la adquisición de este producto. Implanta un sistema de reciclaje también en el cuarto de baño.
– Sumérgete en la cosmética natural. Quizá no estés muy familizarizada/o con este punto, pero te sorprendería saber la cantidad de opciones ecológicas y económicas que tenemos para elaborar nuestros propios productos, ¡además de lo divertido que es! En este blog encontrarás decenas de posts que te enseñan cómo elaborar tus propios productos totalmente naturales, artesanos y personalizados.
– Familiarízate con las tiendas especializadas y los productos naturales, bio y veganos, para que tengas la certeza que durante su proceso de fabricación no se ha dañado a animales.
– Escoge productos locales, que se hayan producido naturalmente, pero en tu región.
– Decántate por los productos multifuncionales.
– Aprende a saber qué dicen las etiquetas para ver qué tipo de producto nos estamos aplicando.
– Puedes también hacer una lista de marcas bio, naturales y locales y pegarla en tu baño, para saber dónde elegir cada vez que necesites un producto.
– Escoge siempre o en la medida de lo posible, productos sin embalaje o con embalaje reciclable o compuesto a partir de elementos reciclados.