Los personajes de ficción tienen su encanto. Sin embargo, en la vida real distan mucho de los cuentos de hadas. El llamado síndrome de Peter Pan tiene mucho que ver con eso. ¿Cómo reconocerlo?
Son jóvenes que han visto a sus padres trabajar muchísimo, saben que a veces trabajar es duro y no están dispuestos a seguir ese camino. Hacen una ruptura con ese modelo de vida. Son generaciones hedonistas, en constante búsqueda de placer y si es inmediato, mejor.
La licenciada Adriana Guraieb, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explicó aInfobae que tienen una negación a crecer, a madurar. “La falta de madurez va componiendo diferentes características psicológicas entre las que se destacan la soberbia, arrogancia, egocentrismo y la búsqueda permanente de tener tiempo libre, mucho, para chatear, escuchar música, reunirse con amigos, y amanecer con ellos, haciendo…nada“.
Según la experta, Peter Pan no se nace, se construye. “Esto es a base de sobreprotección, falta de límites, extrema permisividad de parte de los padres, facilitaciones inmediatas ante cualquier requerimiento que le impide el desarrollo de su espíritu de lucha y le facilita la convicción de que lo que quiere obtener se lo tienen que dar los padres: las novias, el trabajo, la vida”.