Las vacaciones es de las épocas del año más esperadas por la gran mayoría de personas, independientemente de la edad que se tenga. Se trata de un momento ideal para aprovechar a compartir más tiempo con amigos y familiares y descansar todo lo que no permitió el trabajo o el estudio.
No obstante, organizar unas vacaciones en familia se puede tornar una tarea complicada. No todos los miembros del hogar tienen los mismos gustos o predilecciones, y si se suman otros núcleos familiares se complica todavía más la planificación. En esos momentos es aconsejable recordar que algún día los pequeños van a crecer y tendrán sus propias familias, por lo que se debe valorar cada viaje juntos.
Si bien es cierto que en el caso de familias con niños pequeños la organización es más sencilla porque los padres son los únicos que toman las decisiones, también hay cosas a tener en cuenta. En todos los casos es necesario seguir un esquema para conseguir que el viaje sea placentero para todos.
• Tener en cuenta los gustos de todos los integrantes. Casi siempre se puede encontrar un lugar en el que todos puedan disfrutar. Si unos prefieren la playa, otros la montaña o una gran ciudad y no hay forma de elegir un destino que contente a todos, lo ideal es turnarse año tras año.
• La elección del lugar debe adaptarse a las necesidades. Si se viaja con niños pequeños un alojamiento debe cumplir una serie de requisitos, como por ejemplo contra con el servicio de niñera o con lugares de entretenimiento. Hay que tratar de buscar el equilibrio entre un lugar en el que se diviertan los hijos y los papás, para que todos descansen por igual.
• Tomar decisiones en grupo. Si bien la última palabra es de los padres, es bueno integrar a todos los miembros del núcleo familiar para que aporten su grano de arena al viaje. Eso además permitirá pasar tiempo juntos previo a las vacaciones, planificar en conjunto generará más ganas de hacerlo.
• Anotar lo que se quiera hacer. Aunque luego no se consiga realizar todo lo de la lista, es práctico un cierto orden y planificación para evitar problemas. Se trata de una guía en la que se encuentran todas las opciones de actividades para elegir qué se prefiere en el día.
• Planificar con anticipación. De ese modo se pueden conseguir mejores ofertas de pasajes o alojamientos y se cuida el presupuesto.
• Programar actividades diversas. Sobre todo en el caso de que el destino no sea del parecer de todos, es bueno que se busquen cosas para hacer para todos los gustos.
• Mantener una agenda abierta. Establecer al detalle cada minuto de todas las vacaciones puede conllevar discusiones. Es mejor dar espacio a la improvisación, dado que quizá las condiciones climáticas o las ganas de hacer algo no coincidan con lo planeado.
• Anotar todo lo necesario para el viaje. Se debe armar la valija con aquello estrictamente necesario para no cargar con demasiado equipaje pero sin olvidar aquellas cosas importantes como medicamentos, protectores solares o documentación personal de cada uno. Asimismo, llevar algunos pasatiempos para disfrutar como juegos de mesa, dados o cartas.