La sustentabilidad dijo presente en la movilidad urbana. Reformuló los sistemas de propulsión de los autos dotándolos de energías renovables y convirtió a la bicicleta en uno de los servicios de traslado favoritos. La evolución de este instrumento de vialidad se materializó en una creación sueca llamada PodRide, una suerte de bici-auto.
La bicicleta se emplaza sobre cuatro ruedas envueltas por una cubierta impermeable con el dibujo de una silueta tradicional urbana. Su altura se emparenta a las medidas de un auto pequeño. Dispone de baúl, parabrisas térmico, suspensión neumática, asiento con respaldo y una barra de remolque para transportar equipaje adicional. Las consignas más primitivas y elementales de un auto configuradas en un sistema de propulsión de cero emisión de carbono.
Tiene baúl, parabrisas térmico, suspensión neumática y gomas de clavos para la nieve
El velomóvil cuenta como servicio de apoyo un motor eléctrico de bicicleta de 250 vatios asociado al sistema de tracción según la voluntad de descanso o actividad del conductor. El motor permite alcanzar hasta 25 kilómetros por hora y, con la batería cargada al cien por ciento, puede recorrer una distancia de 60 kilómetros. Su estructura cubierta completa los beneficios de la bicicleta clásica: superará las inclemencias climáticas. El frío, la lluvia, el viento, la nieve suelen ser contraindicaciones que limitan y aplacan su uso. Esta innovación, diseño original del ingeniero Mikael Kjellman, está preparada para soportar cualquier tipo de clima y terreno. El paisaje de Suecia, donde en algunas áreas nieva de mayo a octubre, sirvió de musa inspiradora para pensar una evolución de la bicicleta.
Sus ventajas son numerosas. Tendrá ganancias en términos ecológicos: no genera contaminación, es ambientalmente saludable así como práctica y simple. Con sus dimensiones de microcar podrá ser utilizada para movilizarse por senderos especiales, estacionar en cualquier ámbito urbano y escapar de los embotellamientos. Su estructura, además de proporcionar una buena visibilidad, es plegable, flexible y desmontable: los extremos pueden desarticularse y las ventanas son operativas. En Suecia se lo considera un e-bike, por lo que no necesita seguro ni carnet de conducir.
Por el momento existe solo una unidad del PodRide. Su diseñador busca financiación colectiva (crowfunding) para comercializarlo a gran escala. Esta tecnología podría costar entre 2.000 y 3.000 euros. Una nueva alternativa de movilidad sostenible en la ciudad acompaña la transición hacia vehículos más amables con la ecología. Esta evolución de la bicicleta pedalea hacia un futuro sustentable.