No bien Barack Obama comenzó a caminar en pleno acto en la Usina del Arte, micrófono en mano y con las mangas de su camisa blanca arremangadas, quedó al descubierto. Se trata de su reloj Fitbit Surge negro, un dispositivo que, sin ser de lujo, ofrece diversas prestaciones fitness.
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Tiene un GPS integrado que puede medir los pasos, la distancia recorrida, las calorías quemadas, el pulso cardíaco, los pisos subidos de una escalera y hasta el tiempo de la persona durante su actividad.
Una de las principales ventajas es que sincroniza vía Bluetooth con la PC o Mac, pero especialmente con iOS y con Android utilizando una aplicación especial. A mitad de camino entre una pulsera deportiva y un smartwatch lujoso, se consigue a partir de USD 225 en los principales portales de compra y venta online.
La restricción por parte de la seguridad del presidente (un fanático de la tecnología), sobre el uso de móviles que tengan la posibilidad de grabar los mensajes y conversaciones, abarcan los sistemas operativos iOS y Android de los últimos años. Por ende, los de LG, Samsung, Apple o cualquier marca semejante, no pueden reposar sobre la muñeca del presidente norteamericano.
El Fitbit Surge viene en tres tamaños, diversos colores y una duración de batería de 10 horas.