Muchos adolescentes quieren cosas diferentes a lo que se les dice, quieren romper las normas y en muchas ocasiones sienten que estamos en su contra sólo por no ceder a todas sus pretensiones. Por ejemplo, si tu hija quiere salir a casa de una amiga será posible si se llega a un acuerdo en términos y ambas partes están conformes.
La comunicación y la buena relación con los padres es muy importante para que los niños y adolescentes se conviertan en buenas personas, porque de esta manera podrán interiorizar mejor los valores, las normas y las lecciones que sus padres le ofrecen en su educación diaria. Llegar a acuerdos, negociar y mantener el respeto mutuo también resulta muy importante. Si confías en tu hijo/a podrá convertirse en una persona de confianza.
Escucha a tu hijo/a
Tu hijo/a necesita saber que es importante para ti y para ello, deberás hablarle siempre en tono respetuoso y además, empezar a escuchar todo lo que tiene que decirte. Sobre todo, cuando hay momentos algo tensos y los ánimos están caldeados, serán momentos mucho más importantes para que controles tu tono de voz. Si pierdes los estribos, estarás estropeando la relación con tu hijo/a.
Si le escuchas e intentas ver las cosas desde su punto de vista, estarás construyendo un puente de entendimiento que durará toda la vida. Ten en cuenta esto para regular tus propias emociones, los niños perderán el respeto a los padres que se comportan mal o que son ellos mismos los que tienen rabietas.
Fomentar la inteligencia emocional
Los adultos con buena Inteligencia Emocional toman mejores decisiones, porque no sienten la impulsividad de probarse a sí mismos o de mostrar las cosas a los demás. Para criar a un niño emocionalmente inteligente y que se convierta en una persona de confianza, tendrás que ofrecerle seguridad emocional, que sienta tu calma y que conozca tu asertividad y tu empatía. Así tus hijos podrán aprender de ti a expresas sus necesidades y sus sentimientos sin tener que atacar a los demás.
También y no menos importante, es necesario permitir que expresen todas sus emociones, incluso cuando creas que no es el mejor momento para hacerlo.
No castigues más
Nunca tienes que castigar a tu hijo/a para enseñarle una lección, porque no le estarás enseñando nada. Sólo tienes que establecer los límites necesarios con empatía, reconociendo la perspectiva de tu hijo. Si castigas a tus hijos estarás estropeando la relación padres-hijos y tus hijos no querrán cooperar contigo o seguir tu ejemplo. También es posible que tu hijo sea más propenso a mentirte o a no respetarte con tal de evitar el castigo.
Prioriza la relación con tu hijo
Los niños ni siempre saben expresar sus emociones y deben aprender a hacerlo. También necesitarán saber que les queremos, que creemos en ellos, que queremos hacerles felices y que estén bien a toda costa. Cuando le enviamos el mensaje constante de que cualquier otra cosa es más importante que ellos, estarás rompiendo su interior.Cuando los niños se sienten desconectados se sentirán mal y tendrán nefastas consecuencias para su autoestima.
Es por esto que es necesario trabajar las relaciones entre padres e hijos priorizando las relaciones con los niños ante todo. Tal vez, lo más importante que puedes hacer para ayudar a tu hijo para que se desarrolle plenamente y se convierta en un adulto de confianza, es disfrutar de él y quererle tal y cómo es. Tu hijo se sentirá feliz y comprendido.