Llorar es una de las herramientas de la psiquis para hacer frente a diferentes situaciones de estrés y eso no siempre significa algo negativo. Se puede hacerlo por alegría, tristeza o enojo y luego del acontecimiento la persona suele sentirse más “aliviada”.
Un estudio, publicado en la revista British Journal of Social Psychology, reveló cómo las lágrimas pueden cambiar la imagen que se tiene sobre una persona, especialmente en el trabajo.
La investigación, realizada por la Universidad de Tilburg de los Países Bajos, constó de tres experimentos, de los que participaron mil personas, quienes debieron expresar sus sentimientos con respecto a dos fotografías. Algunos observaron una captura en que la persona fotografiada tenía lágrimas visibles en su mejilla; el resto miró la otra, que era la misma foto, pero con el llanto eliminado a través de photoshop.
La presencia o ausencia de las lágrimas fue el kit de la cuestión. Las personas que miraron la foto del individuo llorando revelaron sentir empatía, debido a la tristeza que desprendía la imagen. Es más, la mayoría dijo que les nacían deseos de ayudarla, situación que no sucedió con la que el llanto fue borrado.
En la tercera etapa del experimento, otro grupo observó las fotografías, pero debieron responder una pregunta diferente: “Llegás al trabajo y tu jefe te pide que terminen un proyecto muy importante para la tarde, ¿te gustaría hacerlo con esta persona?”.
Las personas respondieron que les gustaría acercarse a la mujer de la foto solo para ayudarla a pasar el mal momento, pero mostraron resistencia con respecto a compartir tareas en el hipotético proyecto laboral.
“Parece que las personas que lloran son vistas como poco competentes en general. No dimos razones acerca de por qué la gente lloraba, pero aún así, esto se reflejó de manera negativa en la percepción sobre su competencia laboral”, explicó Niels van de Ven, profesor y líder del proyecto.