Después de casi cuatro años de diálogos en Cuba, la guerrilla de las FARC y el gobierno de Colombia cerraron con éxito hoy la negociación del acuerdo que busca poner fin a medio siglo de conflicto armado. “Luego de un enfrentamiento de más de medio siglo de duración, el Gobierno Nacional y las FARC-EP hemos acordado poner fin de manera definitiva al conflicto armado interno”, aseguró el comunicado conjunto suscrito por ambas partes desde el salón de convenciones de La Habana, sede de las negociaciones.
“Hoy podemos decir, por fin, que todo está acordado. Se cerraron las negociaciones y tenemos el texto definitivo del acuerdo final”, dijo cargado de emoción el presidente Juan Manuel Santos en un mensaje desde Bogotá.
El texto, firmado por el jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle y por su par de la FARC, el comandante Iván Márquez, destacó que “la terminación de la confrontación armada significará, en primer lugar, el fin del enorme sufrimiento que ha causado el conflicto”.
“No queremos que haya una víctima más en Colombia”, señaló el comunicado conjunto del Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El acuerdo final contempla lo acordado durante los casi cuatro años de negociaciones en La Habana: reforma rural, lucha contra el narcotráfico, participación política de la guerrilla, cese del fuego, creación de una justicia especial para el postconflicto, reparación de las víctimas e implementación de lo acordado.
Una vez firmado el acuerdo final, que podría ocurrir hacia el 21 de septiembre, se formará una comisión de implementación, seguimiento y verificación, integrada por el Ejecutivo colombiano y las FARC, que servirá como instancia para “la resolución de diferencias y el impulso y seguimiento a la implementación legislativa”.
El anuncio realizado ayer del fin de las negociaciones de paz no implica la firma oficial de los acuerdos. Según fuentes gubernamentales, el acto protocolario se realizará en septiembre y posiblemente en Colombia, como ha reiterado Santos.
En octubre, se especula con que sea el primer domingo de ese mes, el acuerdo será sometido a un plebiscito para que los colombianos refrenden o rechacen el acuerdo entre el Gobierno y las FARC.
“Hoy espero darle una noticia histórica, muy importante al país”, había dicho por la mañana Santos desde Bogotá, al indicar que las delegaciones de paz están “en este momento en La Habana, dándole los últimos retoques” al acuerdo.
Solo si el acuerdo supera la prueba en las urnas (para lo cual requiere al menos 4,4 millones de votos afirmativos y que el “No” tenga una votación menor), podrá decirse que el último conflicto armado en América está en vías de extinguirse.
El acuerdo con las FARC, en armas desde 1964 y la mayor guerrilla de Colombia, permitirá superar en gran parte un enfrentamiento que deja unos 260.000 muertos, casi siete millones de desplazados y unos 45.000 desaparecidos. Sin embargo, todavía están activos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) –una organización casi igual de antigua que las FARC pero más débil– y grupos del crimen organizado dedicados al narcotráfico y la minería ilegal. Además de las FARC y el ELN, en la llamada guerra interna de Colombia han participado agentes del Estado y grupos paramilitares de extrema derecha.
El gobierno de Santos necesitaba que se concluya formalmente la negociación para preparar la convocatoria del plebiscito, mientras la guerrilla, con el texto en la mano, realizará una última reunión de comandantes con la tropa en Colombia para dar el paso definitivo hacia su desarme y transformación en partido político. “Creo que hemos ganado la mejor de todas las batallas. La de la paz en Colombia”, dijo Márquez.