Contra todo pronóstico, la opción del “No”, en rechazo al acuerdo logrado por los negociadores del gobierno colombiano y las FARC en La Habana se impuso este domingo con el 50,21% de los 12,8 millones de votos válidos. Rápidamente, Juan Manuel Santos intentó salir de la sorpresa y convocó a una reunión multipartidaria para escuchar a los sectores que triunfaron en la campaña, en busca de un pacto que destrabe el camino a la paz.
“Mañana mismo (lunes) convocaré a todas las fuerzas políticas, y en particular a las que se manifestaron hoy por el no, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir”, dijo el mandatario colombiano en su discurso. Las miradas estaban puestas en el ex presidente Álvaro Uribe, principal crítico del texto negociado con la guerrilla.
El senador del Centro Democrático realizó un llamado en su círculo político a no tomar el resultado como una victoria. “Pedimos que no haya violencia, que se le dé protección a la FARC y que cesen todos los delitos, incluidos el narcotráfico y la extorsión”, lanzó más tarde, en tono conciliador. La vehemencia de la campaña, cuando llamó “narcoterroristas” a los miembros de la guerrilla, quedó fuera de su nuevo rol protagonista en el debate sobre la paz.
Aunque Uribe no confirmó su presencia en la reunión propuesta por Santos y podría enviar emisarios, se mostró con plena disposición al diálogo. “Queremos contribuir a un Acuerdo Nacional, que nos escuchen las razones. Sabemos que nuestros compatriotas del Sí nos escucharán y los escucharemos, pedimos lo mismo al Gobierno”, expresó. En ese sentido, consideró necesario hacer “correctivos” en el acuerdo.
La reunión se iniciaría a las 10:00 de la mañana, hora local (3:00 PM GMT) en la Casa de Nariño (sede de Gobierno). Iván Duque, congresista del Centro Democrático, deslizó la posibilidad de tomar con calma el proceso y no asistir al encuentro. “Hay que darle espacio al gobierno para que se reúna con su bancada y después nos diga cuándo está dispuesto a juntarse con nosotros”, indicó el vocero.
A la reunión sí asistirían los miembros de Unidad para la Paz, coalición política que impulsó los diálogos, conformada por los partidos Liberal, Conservador, “la U”, Cambio Radical, Polo, Alianza Verde, Mira, Mais, ASI y Opción Ciudadana.
Entre los principales rechazos al acuerdo por parte de sus detractores, figuran la posible participación política de los cabecillas de las FARC en cargos públicos y la amnistía planteada para ciertos crímenes cometidos por la guerrilla. Además, exigen mayores reparaciones económicas para las víctimas, ya que acusan al grupo armado de haber amasado una fortuna con el narcotráfico.
A su vez, Francisco Santos, primo y opositor del mandatario, resaltó que modificar el acuerdo no es comenzar de cero. “Hay muchos elementos que están bien construidos”, afirmó, en un reconocimiento a la labor de los negociadores de paz que pocos esperaban por parte del ex vicepresidente de Uribe.
En tanto, el Presidente decidió enviar a primera hora a La Habana a su jefe negociador, Humberto de la Calle, y el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, para mantener informados a los líderes de la guerrilla sobre el transcurso de las reuniones políticas en Bogotá.
“Las FARC mantienen su voluntad de paz y mantendremos únicamente el uso de la palabra como su medio de construcción”, fue la primera reacción del jefe de la guerrilla, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”.
Así, se despeja el temor de una reanudación inmediata del conflicto armado, posibilidad también descartada por el presidente. Santos afirmó que “el cese al fuego y de hostilidad bilateral y definitivo sigue vigente, y seguirá vigente”.