Las FARC se despidieron hoy de 53 años de vida guerrillera en un acto en el que formalizaron la entrega de sus armas a la ONU, uno de los principales puntos del acuerdo de paz suscrito con el Gobierno colombiano hace siete meses.
El acto se llevó a cabo en una zona rural del municipio de Mesetas (centro del país), un sector donde históricamente ese grupo tuvo presencia y cometió numerosos ataques en el marco del conflicto armado interno.
La ceremonia, con casi un millar de invitados, estuvo encabezada por el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño.
“Adiós a las armas, adiós a la guerra, bienvenida la paz”, clamó un Londoño emocionado en su intervención, fuertemente aplaudida por los asistentes, entre ellos más de 500 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que están concentrados en ese lugar de los Llanos Orientales.
Por su parte, Santos, que el año pasado recibió el Premio Nobel de la Paz, aseguró que el Estado cumplirá la palabra empeñada y que los ex jefes guerrilleros podrán dedicarse a la política con plenas garantías de seguridad.
“Hoy, 27 de junio, para mí y la inmensa mayoría de los colombianos es un día muy especial, un día que jamás olvidaremos, el día en que las armas se cambiaron por las palabras. Por vivir este día ha valido la pena ser presidente de Colombia”, dijo el jefe de Estado.
En la ceremonia también estuvo presente el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, el francés Jean Arnault, quien certificó que los delegados internacionales recibieron de los 6.803 guerrilleros 7.132 armas, que serán fundidas para la construcción de tres monumentos a la paz.
Arnault elogió el compromiso de las partes y dijo que los retrasos que se han presentado desde un inicio en el cronograma establecido tras la firma del acuerdo de paz no han obedecido a acciones deliberadas sino a imprevistos que han sido solucionados.
El jefe de la misión de la ONU dijo que solamente quedaron en manos de las FARC 700 armas para la seguridad interna de los 26 campamentos donde están concentrados sus miembros, que serán entregadas el 1° de agosto.
Ese día la ONU extraerá todas las armas de esos lugares para ser fundidas y usadas en la elaboración de tres monumentos a la paz que estarán en Colombia, en La Habana, por haber sido el escenario del proceso de paz, y en Nueva York, la sede del organismo internacional.
Londoño dijo que el acto final de la entrega de las armas a la ONU no significa la desaparición de las FARC, sino su transformación en un movimiento legal.
“No termina la existencia de las FARC, a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años, pues seguiremos existiendo como un movimiento de carácter legal. Asumimos el compromiso de no utilizar nunca más las armas en la política y el Estado se ha comprometido a no utilizar las armas para perseguir a los opositores políticos”, dijo Londoño.
El ex jefe guerrillero, vestido con una camisa guayabera azul y una gorra, aprovechó la ocasión para exigir al Gobierno el cumplimiento del acuerdo, al advertir que siguen los asesinatos de dirigentes sociales y de desmovilizados de las FARC.
Santos le respondió que el Estado cumplirá el acuerdo y le regaló a Londoño una obra de arte: una pala fabricada con un fusil AK 47.
Según el mandatario, el final de la entrega de las armas de las FARC “es la mejor noticia para Colombia en los últimos 50 años”, aunque lamentó que se produzca después de que el conflicto hubiese dejado más de ocho millones de víctimas y más de 220.000 muertos.
Asimismo, el gobernante dijo que ahora a las FARC les corresponde crear un movimiento político para actuar en la vida democrática del país.
“No estoy de acuerdo con ustedes sobre el modelo económico y político que debe tener nuestra nación, pero defenderé con toda mi determinación su derecho a expresar sus ideas dentro del régimen democrático. Contarán con todas las garantías de seguridad que sean necesarias”, afirmó.
Tras la entrega de las armas, los miembros de las FARC pasarán a la etapa de desmovilización y de sometimiento a una Jurisdicción Especial de Paz para solucionar sus problemas con la Justicia, en una fase que se extenderá por varios meses.
El mandatario colombiano, por su parte, afirmó que el abandono de las armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia es “la mejor noticia para Colombia en los últimos 50 años”.
“No somos más un pueblo enfrentado entre sí, no somos más una historia de dolor y de muerte en el planeta, somos un solo pueblo y una sola nación avanzando hacia el futuro dentro del cauce bendito de la democracia”, afirmó el presidente.
El acto concluyó en medio de una ovación y con la liberación de mariposas amarillas, en alusión a la obra del Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez.