La polémica parece no tener fin. Cada vez es más usual conocer padres que adoptan la práctica del colecho. Ya sea como último recurso en busca del descanso ante un niño con múltiples despertares nocturnos, para facilitar la lactancia durante la noche, o como consecuencia de un concienzudo análisis de los beneficios de compartir la cama familiar.
Cualquiera sea la causa, y pese a que las voces en contra también son muchas, no son pocos los especialistas que recomiendan que los padres compartan la cama con el bebé por lo menos durante los seis primeros meses de vida.
En este sentido, un informe del Centro de Estudios alemán GeSID sobre el síndrome de muerte súbita del lactante, demostró que dormir cerca del bebé favorece la lactancia materna y reduce en un 50% su riesgo de muerte al mes de vida.
Es que durante el colecho, el niño duerme en sincronía con la madre y tiene acceso al pecho, de forma que el amamantamiento es más sencillo y menos agotador. Esto favorece a mantener la lactancia durante más tiempo, y en consecuencia, a su sistema inmunológico, al aspecto emocional y vincular que también ayuda a su desarrollo.
En línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, este tipo de sistema favorece el acceso del niño al pecho de la madre también durante la noche. Así, se incrementan las tomas nocturnas que son esenciales para el recién nacido ya que, en horas de la noche, el nivel de prolactina aumenta y el bebé encuentra mayor cantidad de alimento.
Y si bien muchas celebrities expresaron su posición a favor del colecho con la publicación de fotos en sus redes sociales en las cuales se encontraban descansando junto a sus bebés, la pregunta no puede dejar de hacerse: ¿cuáles son los beneficios de esta práctica? ¿Qué es lo que se debe tener en cuenta a la hora de implementarla?
Desde Unicef resaltan que “el lugar más seguro donde puede dormir un bebé es en una cuna junto a sus padres, por eso recomiendan elegir cunas adosadas a la cama ya que dormir con el bebé en el mismo lugar o en el sofá, es muy peligroso”.
Las llamadas “cunas de colecho” cuentan con laterales desmontables, que permiten unirla a la cama de los padres y propiciar el sueño compartido.
“Este tipo de cunas aseguran todas las ventajas de un colecho sano ya que puede ajustarse a la cama de los padres de manera firme y segura gracias a su sistema de anclaje”, indicó Silvina Meriggi, gerente de Marketing de Chicco, quien destacó que “de esta manera, los bebés pueden dormir muy cerca de sus padres , pero en un espacio propio”.
Desde el observatorio de la marca elaboraron una serie de consejos para un descanso seguro y sano junto al bebé:
-Evitar el uso de mantas, almohadas grandes y animales de peluche, ya que pueden cubrir la cara del bebé, especialmente durante sus primeros meses de vida.
-Colocar la cuna lo más lejos posible de ventanas, estufas o aparatos electrónicos.
-Mantener la temperatura ambiente de la habitación entre 18°C y 20°C, y la humedad entre 40% y 60%.
-No fumar en las habitaciones donde se encuentra el bebé.
-Elegir una cuna que permita la proximidad del bebé a la cama de sus padres.
-Asegurarse de que no queden espacios entre la cuna del bebé y la cama. Esto podría dar lugar a que quede atrapado.
-Tener en cuenta que el uso de chupetes también protege al bebé contra el síndrome de muerte súbita del lactante durante el sueño.
El reconocido pediatra y escritor español Carlos González, que preside la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (Acpam), es un férreo defensor del colecho y de atender la demanda del niño que no quiere dormir solo por la noche.
“Sobre todo no hay que dejarlo llorar. Siempre se debe hacer caso a su hijo, porque, sino, o bien no le dejarán dormir sus llantos o bien sus remordimientos, que durarán mucho más que los llantos. Y yo no quiero vivir con el recuerdo de que mi hijo me llamaba y yo no fui”. Así suele argumentar González cada vez que se lo consulta sobre qué hacer cuando el niño se despierta por la noche.
En su libro Cómo criar hijos con amor habla de los mitos del colecho, que, para él, nada tiene que ver con las creencias de la sociedad ni con los peligros de compartir la cama.
Según González, “es más riesgoso que un bebé duerma en una habitación separada de sus padres durante los primeros meses”.
Cabe recordar que en países como Japón el colecho es una práctica habitual que nadie cuestiona y si nos remontamos a las épocas en las que las familias dormían en una misma habitación, lo cierto es que nadie se sorprendía o era mal visto.
“Llevar al niño a la cama matrimonial cuando se despierta de noche normalmente es lo más cómodo, aunque hay quien se empeña en levantarse seis veces para consolar a su hijo; yo no estoy dispuesto a hacer ese sacrificio cuando todo se resuelve metiéndolo en la cama”, resume el especialista, para quien “el prejuicio es pensar que los niños que duermen con sus progenitores son más dependientes. Pero, según algunos estudios, los que pernoctan en la cama de sus padres tienen menos problemas de salud mental”.