La primera fecha de la Copa del Mundo no regaló sonrisas para los cinco entrenadores argentinos que están dirigiendo en Rusia: cuatro vieron a sus seleccionados caer en el duelo inicial, mientras que solo Jorge Sampaoli logró rescatar un punto con Argentina, aunque con un sabor bastante agrio.
Como para enviar una señal clarísima de lo que sucedería con sus compatriotas en los días posteriores, el primero en salir a la cancha fue Juan Antonio Pizzi con Arabia Saudita, que enfrentó al anfitrión en el encuentro que abrió el torneo en el estadio Luzhnikí de Moscú.
Los asiáticos fueron vapuleados y se llevaron un 5 a 0 que preocupó al entrenador e indignó a la dirigencia saudí. “Estuvimos muy lejos de lo que pretendíamos. El equipo rival se tuvo que esforzar muy poco para sacar una ventaja incomprensible. Sabíamos cuáles eran sus virtudes, pero no supimos contrarrestarlas”, sostuvo el DT luego de la goleada.
Un día después llegó el turno del otro entrenador argentino que dirige a un seleccionado que integra el grupo A: Héctor Cúper. Su equipo, Egipto, que no contó con su principal estrella, Mohamed Salah, dio pelea frente a Uruguay, pero terminó cayendo con un gol de José María Giménez a un minuto del cierre en Ekaterimburgo.
“Hemos hecho un gran partido ante un gran rival. Me da bronca haber perdido con una pelota parada. No podemos quejarnos de nada. Estoy conforme, pero hemos perdido y no sirve para nada”, se lamentó el santafesino, que clasificó a los egipcios a un Mundial tras 28 años de ausencia.
El sábado tampoco deparó alegrías. Una de las frustraciones más importantes fue, paradójicamente, la del único combinado conducido por un compatriota que logró sumar. El empate 1 a 1 de Argentina ante Islandia en Moscú, con penal errado por Lionel Messi incluido, no dejó conforme a nadie.
“Cuando uno viene a buscar ganar un partido y no lo consigue, la sensación es de cierta frustración. Vinimos con mucha ilusión, decididos a buscar el encuentro, pero nos encontramos con un equipo que se estructuró bien defensivamente”, destacó Sampaoli, con los ojos algo vidriosos, tras la igualdad.
El mismo día se produjo el regreso de Perú a una Copa del Mundo después de 36 años sin participaciones. La reaparición también distó de ser ideal: el conjunto conducido por Ricardo Gareca, que contó con buenas chances para convertir, entre ellas un penal fallado por Christian Cueva, cayó 1 a 0 ante Dinamarca en Saransk.
“No merecimos perder. El partido fue muy parejo y Perú hizo los méritos para ponerse arriba, pero ellos fueron efectivos en la proporción de llegadas que tuvieron. El resultado no refleja lo que fue el desarrollo del juego, pero el fútbol es efectividad”, analizó el Tigre, quien fue cuestionado por la prensa peruana por haber dejado en el banco a Paolo Guerrero, la figura del seleccionado.
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Para completar el combo de resultados adversos, el martes le tocó perder a Colombia. El equipo de José Pekerman cayó sorpresivamente 2 a 1 frente a Japón en Saransk en un partido que le fue adverso desde el arranque por un penal en contra, la expulsión de Carlos Sánchez y el gol de Shinji Kagawa antes de los cinco minutos de juego.
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“El partido se prepara para jugar 11 contra 11. Perder un jugador tan importante a los tres minutos no es fácil. En la primera parte se pudo sobrevivir, marcar un gol y lograr el empate. Pero en la segunda Japón se acomodó a la situación y sacó ventaja jugando mejor y buscando oportunidades que aprovechó para lograr el triunfo”, explicó Pekerman, que está dirigiendo su segundo Mundial con el equipo colombiano y el tercero si se suma el de Alemania 2006, en el que condujo a Argentina.
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Si a estos resultados se incorpora el empate 1 a 1 de Brasil frente a Suiza en Rostov, el balance de la jornada inicial para los seleccionados sudamericanos es adverso: solo una victoria (la de Uruguay ante Egipto), dos empates y dos derrotas.