Científicos confirman que una persona no puede vivir más de 125 años

Lo dice un trabajo publicado en Nature. Especialistas creen que se podría alargar la vida pero en forma artificial.

Un grupo de expertos se propuso estudiar cuál sería el límite en edad que podría vivir un ser humano. Llegaron a la conclusión que lo máximo serían 125 años. La investigación fue publicada en la revista Nature. Especialistas consultados por Clarín acuerdan con el número, pero advierten que los adelantos tecnológicos seguramente extenderán la vida en forma artificial.

La esperanza de vida se ha ido incrementando en casi todo el mundo desde comienzos de siglo pasado, proceso que se ha ido estancando desde la década del 80.

Un equipo liderado por Jan Vig, de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York (EE.UU.), usó para su estudio la Base de Datos de Mortalidad Humana que inició en 2002 la Universidad de California y el Instituto Max Planck para la Investigación Demográfica. Vig y su grupo determinaron a partir de esos datos que los seres humanos que llegan a edades más avanzada son cada vez más.

La francesa Jeanne Calment fue quien más vivió: 122 años. Y los científicos creen que es poco probable que ese récord sea superado.

”Algunas evidencias apuntan a que la esperanza de vida máxima no es fija. Hay estudios a partir de modelos de organismos que muestran que la esperanza de vida máxima es flexible –dice el artículo de Nature–.

En contra de lo previamente sugerido, que la longevidad humana puede extenderse más allá, nuestros datos sugieren de manera sólida que la esperanza de vida está limitada de forma natural”, explican los investigadores. El estudio señala que la idea de que el envejecimiento es un proceso con utilidad evolutiva, programada a partir de la selección natural, no es correcto.

Lo más probable, para Vig y su grupo, es que la existencia de un límite natural a la existencia humana sea “consecuencia de los programas genéticos establecidos en las primeras etapas de la vida, como el primer desarrollo, el crecimiento y la reproducción”. Para los científicos no es imposible que el ser humano logre extender su vida más allá de esos límites naturales, si bien sugieren que ese escenario “requeriría intervenciones más allá de la mejora de la salud”.

“Las especies viven cinco veces más de lo que les lleva llegar a su máxima capacidad reproductiva, explica a Clarín el médico gerontólogo Juan Hitzig. Una vez que se llegó a esa edad, que en los humanos es entre los 25 y 30 años, hay que empezar a cuidarse a uno mismo porque los mecanismos de autorregulación se reducen. Si bien la edad cronológica no se va a modificar, lo que sí puede ser modificado es la edad biológica”.

Hitzig habla de la tecnología, que va a permitir alargar la vida también, de manera artificial. Lo mismo sostiene Ricardo Iacub, profesor de Psicología de la Tercera Edad y Vejez (UBA): “Pensar hoy en un límite es absurdo. Las enfermedades pueden curarse y ya se reconstruyen órganos artificialmente. Es posible que el cuerpo como lo conocemos no viva más que ese límite, pero tal vez sí artificialmente. No estamos tan lejanos a muchos planteos de la ciencia ficción”.