China quiere ser el mayor polo de innovación del mundo

Academia, empresa y autoridades ven en la innovación el gran revulsivo de la economía del gigante asiático

Con más de 400 instituciones científicas, 12.000 compañías tecnológicas y 3.800 de capital riesgo, Pekín es la muestra de que China está decidida a convertirse en el mayor polo de innovación del mundo. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, la inversión en I+D del gigante asiático aumenta a un ritmo anual del 18,3% frente a la media global del 1,4%, y como señalan dos expertos chinos en políticas de ciencias, Yutao Sun y Cong Cao, la cifra real es muy superior, dado que Pekín sólo cuenta como inversión en I+D la mitad del dinero que dedica a la que es ya su mayor prioridad.

Los responsables políticos del gigante asiático ven en la innovación la única fuerza que puede permitir a China seguir creciendo con relativa placidez; coinciden, junto con científicos y empresarios, en que las ciencias y tecnologías punteras son imprescindibles para dar un impulso a la economía del país. Según un informe del McKinsey Global Institute, por otra parte, el proceso sólo rendirá frutos a largo plazo, dado que la principal dificultad consiste en traducir los resultados de la investigación en productos y servicios.

En la estrategia china de I+D la universidad tiene un papel central no sólo como eje de la innovación, sino también como fuente de capital humano. El país produce anualmente 30.000 doctorandos de ciencia e ingeniería y los artículos de sus investigadores en revistas académicas de impacto, que en 1997 apenas llegaban al 1% del total, suman ya cerca del 20%. Gracias al nuevo plan quinquenal 2016-2020, además, quedará solventada una de las grandes carencias, el escaso índice de inversión en ciencia básica, que pasará del 10% al 40% de los fondos.

El otro puntal de la innovación del gigante asiático son las empresas. A lo largo de la geografía china existe más de un centenar de hubs tecnológicos que buscan dar una orientación comercial a las startup tecnológicas. Asimismo, las autoridades promueven tanto el establecimiento de centros de I+D de compañías extranjeras en suelo chino como la internacionalización de las empresas y profesionales asiáticos con el fin de adquirir conocimientos que contribuyan a consolidar su posición global. El objetivo: convertirse en el país más innovador en 2030.