China lanzó su segundo laboratorio y el primer reloj atómico espacial

Se trata del Tiangong-2

China, que desde hace años está embarcada en un ambicioso programa espacial con el que pretende convertirse en una superpotencia más allá de los cielos, ha lanzado este jueves su segundo laboratorio espacial, el Tiangong-2, un nuevo paso en su carrera por contar con una estación espacial tripulada alrededor de la Tierra hacia el año 2022.

El Tiangong-2 (Palacio Celestial en mandarín) despegó poco después de las 22 hora local (16 horas en España) desde la base de lanzamientos de Jiuquan, en la provincia de Mongolia Interior, paraje situado en el desierto del Gobi.

Este nuevo laboratorio es una versión optimizada de su predecesor, el Tiangong-1, que fue lanzado en septiembre de 2011. Tras cuatro años y medio recogiendo datos en órbita, la nave terminó su misión en marzo de este año y se desintegró al chocar contra la atmósfera en su descenso controlado a la Tierra.

Dos astronautas vivirán en él

Según describió la agencia Xinhua, el nuevo laboratorio es apto para que en él se realicen diferentes experimentos de medicina aeroespacial, ciencias espaciales y otros campos, para ser punto de abastecimiento de combustible y para servir de lugar de estancia de corto y medio plazo para la tripulación, ya que dispone de al menos dos espacios de acoplamiento.

Precisamente, está previsto que a mediados de octubre se acople al laboratorio laShenzhou-11, una nave que transportará a dos astronautas, que se prevé que puedan vivir en este espacio durante un plazo máximo de 30 días en los que podrán realizar diferentes ensayos de medicina, biología, física y sobre las tormentas solares.

Los responsables del lanzamiento esperan que el laboratorio se quede a una altitud de 393 kilómetros sobre la Tierra, la misma distancia a la que está previsto que flote la futura estación espacial. En vistas a lograr ese objetivo para dentro de seis años, la Agencia Espacial China (CNSA) pretende adaptar la cabina para estancias espaciales de medio plazo, por lo que ahora analizará la mecánica de fluidos en microgravedad y ensayará un sistema de filtrado de partículas y bacterias del aire.

Según la subdirectora de la oficina de ingeniería espacial tripulada china, Wu Ping, “el número de experimentos transportados por el Tiangong-2 es el más alto hasta el momento de todas las misiones espaciales tripuladas”, entre los que se incluye un detector de explosiones de rayos gamma llamado POLAR -desarrollado en colaboración con Suiza y Polonia- o dispositivos de comunicación cuántica.

Un reloj atómico espacial

Pero sin duda, uno de los instrumentos que mayor expectación ha levantado entre la comunidad científica es el reloj atómico espacial frío que viajará en la nave, que de acuerdo con fuentes chinas sólo pierde un segundo cada 30 millones de años aproximadamente. “Es el primer reloj de este tipo en operar en el espacio. Tendrá aplicaciones militares y civiles”, explicó al diario hongkonés SCMP el profesor Xu Zhen, científico que forma parte del proyecto. Según narró, esperan que este aparato ayude a que la futura navegación móvil sea más precisa, ya que se supone que su funcionamiento es mucho más certero que los empleados por los satélites GPS.

Los científicos chinos consideran que el lanzamiento del Tiangong-2 marca para China un punto de inflexión, ya que la convierte en pionera en un campo en el que hasta hace poco sólo seguía los avances realizados por otros.

Con el desarrollo económico de las últimas décadas, Pekín ha acelerado las investigaciones en este campo considerado estratégico por sus autoridades e invertido cantidades ingentes de recursos que le han permitido recortar distancias con las dos superpotencias de referencia: Estados Unidos y Rusia. En este contexto se enmarcan por ejemplo el lanzamiento el pasado agosto del primer satélite de comunicación cuántica al espacio o el reciente anuncio de que pretende hacer llegar, si cumple con el calendario y superan todas las dificultades técnicas, una sonda a Marte en 2021.

Recelos de Washington

Pese a que las autoridades comunistas siempre han incidido en la naturaleza civil de su programa espacial, el Departamento de Estado de EEUU ha declarado que algunos de sus elementos parecen estar dirigidos a poder impedir que otros países utilicen sus recursos espaciales -caso de lo satélites- en un momento de crisis o confrontación.

Con respecto a la estación espacial, la siguiente fecha clave será abril de 2017, cuando los chinos tratarán de poner en órbita la primera nave de carga llamadaTianzhou-1 (Buque Celestial 1 en mandarín) y que se acople con el laboratorioTiangong-2.

Este año, China acumula la cifra récord de 20 misiones espaciales, entre las que se encuentra la prueba del cohete propulsor de fabricación local Larga Marcha-7, lanzado con éxito el pasado junio y destinado a ser el vehículo de transporte de los módulos de la futura estación espacial china. Si todo marcha según lo previsto, en 2018 despegará el módulo principal, Tianhe-1, que se traduce como Galaxia o Vía Láctea.