El segundo laboratorio espacial de China, el Tiangong 2 (Palacio Celestial 2, en mandarín) y su cohete portador, el Larga Marcha 2F, fueron conducidos hasta el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan (JSLC) ubicado en la Mongolia Interior, lindante con el desierto de Gobi. Si todo sale como describen los cálculos, esta semana será puesto en órbita para realizar 14 experimentos que tienen como finalidad, ultimar los detalles para el estreno de su primera estación espacial en 2022.
Este laboratorio es una versión optimizada del Tiangong-1 –lanzado en septiembre de 2011 y que el mes pasado se desintegró al chocar contra la atmósfera– apto para cumplir diferentes experimentos, ya que dispone de su propio sistema de propulsión para modificar la órbita cuando lo crea conveniente. Además, podrán vincular otros navíos, bien sean tripulados o de carga, ya que dispone de al menos dos espacios de acoplamiento.
La intención es colgar este laboratorio a una altitud de 393 kilómetros de la Tierra, la misma distancia a la que flotará la futura estación espacial. La Agencia Espacial China (CNSA) espera adaptar su cabina para estancias espaciales a mediano plazo, por lo que analizará la mecánica de fluidos en microgravedad y ensayará un sistema de filtrado de partículas y bacterias del aire.
Entre los instrumentos montados en el exterior de la Tiangong 2 hay un detector de explosiones de rayos gamma llamado POLAR, desarrollado en colaboración con Suiza y Polonia. Este aparato de 30 kilos servirá para medir la polarización de la radiación emitida durante las explosiones de rayos gamma (GRB). La fecha estipulada para el despegue es el 15 de septiembre, aunque las autoridades establecieron 5 días de prórroga, en caso de que se produzca algún desperfecto técnico.
El ambicioso proyecto espacial chino tiene programados tres nuevos lanzamientos para los próximos 10 meses. Un mes más tarde, se acoplará la Shenzhou 11, una nave que transportará una pareja de taikonautas (como se denomina en mandarín a los astronautas) para que puedan vivir en el espacio durante un periodo máximo de 30 días para realizar diferentes experimentos.
Los planes a corto plazo ya están sobre la mesa. “La segunda fase se iniciará el próximo año y consistirá en acoplar un carguero no tripulado para implementar el reabastecimiento de propulsor en órbita. La tercera es llevar a cabo algunos experimentos para la futura estación espacial de china, incluidos aquellos que implican los trabajos de reparación” dijo Zhu Zongpeng, jefe de diseño.
En el almanaque, la siguiente fecha resaltada es abril de 2017, plazo en el que se enviará la primera nave de carga llamada Tianzhou-1 (Buque Celestial 1), que se acoplará con Tiangong-2 y será conducida por el Gran Marcha-7.
Si todo se desarrolla como fue programado, en 2018 despegará de la Tierra el módulo principal de la estación espacial, llamado Tianhe-1, cuyo significado es Galaxia o Vía Láctea, según lo anunció Wang Zhongyang, portavoz del instituto de investigación subordinado a la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespaciales (CASC).
Por: Marcelo Bellucci