Mientras terminaba de declarar en Buenos Aires por corrupción en la obra pública, en Río Gallegos entraban a sus propiedades para tasarlas, por orden del juez Claudio Bonadio. Así Cristina Kirchner vivió su mañana de lunes cercada por la Justicia.
Hasta el mediodía, la expresidenta estuvo ante el juez Julio Ercolini en la causa por irregularidades en la adjudicación de obra pública durante su gobierno en beneficio del empresario patagónico Lázaro Báez. Para los fiscales hubo un plan sistemático del matrimonio presidencial para enriquecerse a costa del Estado. De hecho, el dictamen con el pedido de la indagatoria detalla 227 pruebas en su contra.
Sumado a ese frente, las tasaciones de esta mañana fueron por otra causa: Los Sauces. La periodista Romina Manguel anticipó anoche en Periodismo para todos que dos tasadores irían a varias casas que la expresidenta tiene en Santa Cruz como las de Mascarello 441, Mariano Moreno 882 y Alvear 391, de Río Gallegos. “Si no los dejan entrar quedan habilitados al uso de la fuerza pública y a la fractura de puertas de accesos interiores que se encuentren cerradas”, explicó la periodista.
Los bienes de la expresidenta son parte de la investigación que lleva adelante el juez Claudio Bonadio por alquileres de habitaciones de los hoteles de esa empresa a empresarios comercialmente ligados a ella como Báez y Cristóbal López.
Cristina, enfurecida por esta información, escribió varios tuits en los que criticó a Bonadio y a Ercolini, atacó al gobierno de Mauricio Macri y habló de un “circo mediático”. “De ser cierta la información, estarían por llevar adelante una nueva función. Esta vez con un estreno: irían a mi casa”, tuiteó.
La exjefa de Estado, además de expresar que podrían allanar sus propiedades, cruzó a un sector de la Justicia y se victimizó: “La causa es más disparatada aún que la de ‘dólar futuro’. En fin, delicias del Partido Judicial. Hay persecución y la saña con que la misma se lleva adelante es: sin límites e inédita desde la vuelta a la democracia”.