Hace 10 días la Corte avaló la hipótesis de la querella sobre el magnicidio y la causa por la muerte de Alberto Nisman pasó a la justicia federal. El juez Julián Ercolini y el fiscal Edgardo Taiano tienen en sus manos uno de los casos más trascendentales para el país. Sin embargo, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, parece no entenderlo de esa manera.
Fuentes judiciales informaron que, tras esgrimir razones presupuestarias, Gils Carbó designó sólo cinco personas para colaborar en la investigación. Cinco personas para leer todas los cuerpos y fojas que provienen de la justicia ordinaria. A modo de contraste, cuando lideraba la UFI-AMIA, Nisman contaba con un equipo de más de 20 colaboradores.
El rol de la procuradora general es muy cuestionado políticamente: llegó a la función pública con el apoyo del kirchnerismo y de la mano del extitular de la Sigen, Daniel Reposo. Desde diciembre, el gobierno de Cambiemos, y en particular el ministro de Justicia Germán Garavano, cuestiona duramente sus decisiones y le pidieron que dé un paso al costado en reiteradas ocasiones. En los próximos días, una comisión bicameral auditará las cuentas de la Procuración.
Cuatro días después de haber denunciado por encubrimiento a Irán a la expresidenta Cristina Kirchner, al excanciller Héctor Timerman, el titular de MILES, Luis D’Elía; al titular de Quebracho, Fernando Esteche; al exfiscal Luis Yrimia y al diputado nacional de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque; Nisman fue encontrado muerto con un tiro en la cabeza en su departamento de Puerto Madero.
Luego de casi 20 meses de estar en la justicia ordinaria, la causa parece haber cobrado un nuevo impulso en la justicia federal. Ahora los investigadores buscarán determinar cuál fue la causa y la hora de la muerte del por entonces titular de la UFI-AMIA.
