Nota publicada en el diario PRIMERA EDICION
Seis años después de que el expediente ingresara a despacho, el Superior Tribunal de Justicia de Misiones (STJ) sobreseyó definitivamente a tres de los imputados por su presunta participación con el aberrante homicidio de Marilyn Bárbaro, asesinada y enterrada en el patio de su casa el 17 de abril de 2004.
La resolución, que lleva el primer voto de la ministra María Laura Niveyro, se conoció el lunes último y benefició a Matías Ortiz (hijo de la exdiputada provincial y titular de la Agencia de Seguridad Vial de Misiones); Daniel Aníbal Núñez y Jorge Gabriel Piotroski.
Los tres fueron, en su momento, procesados por los delitos de “homicidio agravado por el ensañamiento y la alevosía y robo en concurso real”.
Si hubieran sido declarados culpables en juicio oral y público, habrían afrontado una condena a prisión perpetua.
Pero nada de esto sucederá. Por una sencilla razón: nadie puede ser juzgado dos veces por un mismo delito.
La crisis estructural de la Justicia penal, con crecientes cuestionamientos de prestigiosos abogados del fuero local, halla en este caso un ejemplo paradigmático.
Aún con un asesino confeso, la Justicia no hizo lo que es su obligación: justicia.
Tres sospechosos, seriamente comprometidos durante la investigación, jamás se sentarán en el banquillo, en el marco de uno de los crímenes más atroces de todos los tiempos, con serias falencias desde el inicio de las pesquisas.
Marilyn Bárbaro fue asesinada el 17 de abril de 2004 en Oberá. Los asesinos enterraron el cuerpo en un sector de la vivienda y se llevaron su coche. La crueldad y ausencia de sentimientos que mostraron fue pasmosa. Cometido el homicidio salieron a pasear en el coche de la víctima.
La proximidad del duodécimo aniversario del crimen, cuando comenzaban a sonar los primeros tambores de prostesta ante tanta impunidad, pareció acelerar la resolución del STJ que se tomó “sólo” seis años para dar a conocerla.
En 2006 se produjo un punto de inflexión en el caso. Una pericia de Gendarmería Nacional encontró un cabello de Marilyn en el coche de Ortíz, lo que motivó el arresto -por segunda ocasión- de los principales acusados.
Sin embargo, la defensa pidió la nulidad basándose en que el precinto de clausura del vehículo había sido violado, y el STJ terminó dándole la razón en 2008.
Los defensores pidieron el sobreseimiento de sus clientes, el juez denegó los planteos y decidió el Tribunal Penal 1 de Oberá, que en ese entonces funcionaba también como Cámara de Apelaciones.
Los camaristas, basados en la caída de aquella prueba clave, dejaron en libertad a los acusados y dictaron una prórroga extraordinaria de un año.
Cumplido ese plazo, los defensores fueron por el sobreseimiento de los procesados, sufrieron un revés en primera instancia y el TP de Oberá les dio la razón.
La fiscalía apeló y el último lunes, el STJ dio su veredicto: respaldó todo lo actuado por el Tribunal de Alzada.
De esta manera, Ortíz, Piotroski y Núñez quedaron afuera definitivamente de la acusación. Ellos sabrán si tuvieron intervención o no. Y el subconsciente también.
El “arrepentido” es el único que podría ir a juicio
La resolución del STJ, que salió a la luz el lunes pasado, sobreseyó para siempre a tres de los principales acusados en el homicidio de Marilyn Bárbaro.
En ese contexto, la causa posee ahora un sólo implicado. Se trata de Rubén Schnimg, el único de los involucrados que mostró cierto arrepentimiento y reconoció que estuvo en el escenario del crimen la noche del 17 de abril de 2004.
Justamente, en esa declaración incriminó a los que ahora ya no tendrán que sentarse en el banquillo de los acusados.
En el contexto de una causa impredecible, por los vericuetos legales, es de esperar que llegue de una buena vez a la instancia de debate oral y público.
Si esto ocurre -que es muy probable porque ya no imputados cobijados bajo el paraguas del poder-; será Schnimg el único en rendir cuentas por los delitos de “homicidio agravado por el ensañamiento y la alevosía y robo en concurso real”.
El próximo 17 de abril se cumplirán doce años del aberrante episodio criminal y la causa continúa sin juez, una situación a todas luces indefendible.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que el expediente seguirá su derrotero en San Vicente y que es muy probable que caiga en el Juzgado Civil, Comercial, Laboral y de Familia de esa localidad, subrogado aparentemente por la jueza obereña Teresa del Carmen Hedman.
El panorama ahora está mucho más claro. Con esta resolución del STJ, el magistrado que asuma deberá elevar la causa a juicio oral y público con Schnimg, que fue beneficiado con la excarcelación por el paso del tiempo sin juicio ni sentencia, como único imputado.
Mientras, la preocupación de los deudos de Marilyn por la prescripción de la causa sigue latente.