Daniel Lagostena, acusado por el crimen de Érica Soriano, su pareja embarazada que permanece desaparecida desde agosto de 2010, escribió una carta desde la cárcel en la que criticó a la Justicia y a los medios de comunicación luego de haber quedado detenido por tercera vez en la causa, el 1 de mayo último.
A través de uno de sus abogados defensores, Guillermo Bernard Crissand, Télam accedió al breve escrito en el que trató los elementos probatorios que derivaron en su nueva detención de “indicios que son la nada misma, en base a asociaciones caprichosas y delirantes”. También caracterizó a las autoridades judiciales como la “injusticia argentina”.
Pero lo más trascendente de la carta es que Lagostena insistió con su inocencia: afirmó que “jamás” van a hallar “una sola prueba de un hecho que no se cometió”.
Y criticó a la prensa: “Una vez más los medios repiten viejas conjeturas que ya fueron desechadas y las nuevas teorías se difunden como hechos concretos, sin chequeo previo, irresponsablemente”.
Lagostena argumentó que “claro queda que la verdad a veces no vende y el morbo colectivo consume y genera rating” y relacionó la acusación en su contra con la muerte de sus padres: “En el camino fueron quedando (sic) la vida de mis padres que enfermaron de cáncer y murieron recientemente gracias a ello”.
Por su parte, el abogado Bernard Crissand explicó a radio Télam que tan pronto como el fiscal de la causa, Gerardo Loureyro, solicite la prisión preventiva de su defendido apelará dicho requerimiento en instancias superiores.
“No hay un solo elemento indicativo, directo. El fiscal, avalado por el juez de Garantías (Gabriel Vitale), se basa principalmente en indicios, en hipótesis”, dijo el abogado, y agregó que “si no se encuentran elementos contundentes esta causa a la larga o a la corta se cae”.
Bernard Crissand argumentó: “Daniel todavía la sigue buscando a Érica, tiene la esperanza de que en algún momento podría llegar a encontrarla o a saber el paradero”. Y recordó que ya dos veces la Cámara Penal de Apelaciones III de Lomas de Zamora consideró que no hubo elementos “suficientes para ordenar la detención”.
Por su parte, el abogado de la familia de Érica, Marcelo Mazzeo, criticó a los camaristas –por entonces Jorge Rodríguez y Tomás Bravo- por “poner palos en la rueda” a la investigación y afirmó que tiene “preparada la recusación” en caso de que una nueva apelación vuelva a caer en sus manos.
“Ya son seis años de la desaparición de una persona que estaba embarazada de dos meses, de una persona que se fue de la casa sin llevarse ni una sola pertenencia y luego no dio una sola señal de vida cuando se la buscó infructuosamente por todo el país”, dijo Mazzeo a radio Télam respecto a que los camaristas se basaban en que no había pruebas para “concluir que Érica estuviera muerta”, y añadió que creía que “una persona no puede estar viva en esas condiciones”.
El letrado no dudó en inculpar a la ex pareja de Soriano al decir que hay “prueba más que suficiente de la muerte de Érica y la autoría de Lagostena” y destacó la declaración de una testigo de identidad reservada que se presentó en la causa: “Le dijo al fiscal que había visto cómo Lagostena golpeó a Érica y que Érica golpeó contra una mesa del living y que murió instantáneamente”.
“Lagostena ha hecho todo lo necesario para tratar de borrar todo rastro que haya dejado del crimen”, afirmó Mazzeo, en referencia a que según él se demostró que Lagostena “ha lavado la sangre” de la mujer de una mesa ratona de la casa que compartían y que “ha tratado de quemar la ropa de Érica”.
Por su parte, Bernard Crissand dijo que cuando Lagostena fue sometido a declaración indagatoria el pasado 2 de mayo, “los indicios que colecta el fiscal fueron totalmente aclarados y refutados”.
De acuerdo con la investigación, la tarde del 20 de agosto de 2010, la pareja fue al ginecólogo y a las 22.13 Erica (30) recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto.
Esta llamada telefónica fue el último contacto que se tuvo de la mujer con su entorno social en momentos en que se encontraba en compañía de Lagostena, ya que los pesquisas creen que poco después la mató durante una discusión en el living de su casa y utilizó sus contactos familiares con casas velatorias para cremar el cadáver.