En la localidad bonaerense de Boulogne, Sandra fue a comprar a un supermercado chino unas galletitas para tomar la merienda junto a sus sobrina pero se llegó una gran sorpresa, y también un susto grande.
Una vez que consumió el producto, a Sandra le tocó una galletita que adentro tenía un hierro, incrustado dentro de la galletita.
“Hace dos meses que la compré, hice el reclamo en la fábrica pero todavía no tenemos respuesta. Me pidieron los datos y me dijeron que iban a venir pero nunca aparecieron”, relata la mujer que cuenta que lo que había dentro del producto era “un pedazo de hierro con punta filosa”.
La mujer, además, resalta que su sobrina se salvó de milagro, si esa galletita le tocaba a ella “no sé que hubiese pasado, si eso va a la garganta de un nene se muere”. Sandra cuenta que “yo tenía la galletita adentro de la boca cuando me di cuenta pero soy grande, un chiquito quizás no lo puede resistir o lo lastima mucho”.
Por último, destaca que “me dijeron que me iban a llamar pero no lo hicieron. El supuesto jefe de Control de Calidad Jorge Bravo no me atendió”. También realizó el reclamo a Defensa del Consumidor, pero todavía no tuvo una respuesta afirmativa ya que “primero tenía que llamar a la fábrica, pero no aparecieron”.