Paralelamente, Casanello dispuso el llamado a indagatoria del financista histórico de Báez, Ernesto Clarens, luego de que Gendarmería Nacional allanó sus empresas y también del director de la empresa suiza Helvetic Services Group, el argentino Néstor Ramos, cuya firma de fideicomisos compró, mediante presiones, esa “cueva” financiera a mediados del 2011 a Federico Elaskar, entre otras operaciones sospechosas.
Báez y Pérez Gadín están detenidos desde el 11 de abril en forma preventiva por peligro de fuga y obstrucción de pruebas. La Cámara Federal confirmó la semana pasada esas detenciones. Mientras tanto, permanece desaparecido el abogado Jorge Chueco.
Uno de los nexos entre el grupo Báez y Helvetic es precisamente, Jorge Chueco, quien era considerado el “cerebro legal” para el armado de empresas fantasmas en Panamá, EE.UU. y Suiza.
El fiscal federal Guillermo Marijuán, quien viajó a Nueva York por la causa Cerro Dragón y fue amenazado, había pedido el año pasado la indagatoria de Ramos y Chueco, entre otros, e imputó a la ex presidenta Cristina Kirchner y al ex ministro de Planificación y actual diputado Julio De Vido, pero aún no pidió su indagatoria porque hay que esperar que los dichos de Fariña se respalden con otras pruebas. Con que Ramos responda a la pregunta ¿quién fue el mandatario para la compra de La Rosadita?, la investigación tendrá un gran avance. La mayoría supone que fue por orden de Báez luego de que se dio cuenta que Elaskar y Fariña se estaban quedando con “vueltos” de los bolsos con efectivos que les daban.