Carrera a la Casa Blanca: Se realizó el último debate entre Hillary y Trump

Donald Trump se rehusó decir si aceptará el resultado electoral "voy a mantener el suspenso", dijo el republicano en su último cruce con la demócrata. Clinton, que lo aventaja en los sondeos, y lo acusó de destruir la democracia.

En un debate áspero, el último y crucial cara a cara entre Hillary Clinton y Donald Trump, el candidato republicano dijo esta noche ante una audiencia expectante que verá en su momento si acepta o no el resultado de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre porque teme un fraude en su contra. Esta advertencia, inédita en la historia de la carrera por la Casa Blanca, fue un punto de inflexión en un debate en el que el magnate comenzó disciplinado y con tono moderado pero no logró doblegar a Hillary, que se desempeñó con solvencia. Sin dudar, la ex secretaria de Estado replicó que el candidato era un “peligro para la democracia”.
El tercer y último debate se llevó a cabo ayer en la Universidad de Nevada, en las Vegas, y fue moderado por el periodista Chris Wallace, de la cadena Fox, cuyo fundador, Roger Ailes, asesoró a Trump para el encuentro. De entrada se advirtió que el debate iba a estar tenso: ambos llegaron, saludaron al público y no se estrecharon la mano. Tampoco lo hicieron al final, lo que anticipa el clima de guerra que se verán en estos últimos 20 días que quedan para las elecciones.

Trump estuvo moderado al comienzo, disciplinado y con ciertas chicanas que pusieron en apuros a Hillary, que no brilló, pero estuvo sólida, con buen tono en sus ataques y, fundamentalmente no cometió errores. Una encuesta de la CNN dio por ganadora a Hillary por 52% contra 39% de Trump. Pero, más allá de quien haya ganado este debate, Trump necesitaba dar un gran golpe de gracia a su rival y no lo hizo. Precisaba desesperadamente un nocaut para intentar remontar las encuestas que le son desfavorables. Y, más allá de eso, sembró dudas de su actitud ante los resultados. Todo el mundo hablará de eso ahora. De alguna manera, parecería estar preparando el terreno ante una eventual derrota. Ya el presidente Barack Obama le había advertido que dejara de “lloriquear” por anticipado y se dedicara a juntar votos.

El cara a cara había comenzado con tono moderado pero cuando había transcurrido más de la mitad, y ante una pregunta puntual del moderador, Trump evitó comprometerse a aceptar el veredicto de las urnas. “Veré eso en el momento oportuno. Pero lo que he visto hasta ahora es muy malo”, dijo Trump, quien en los últimos días ha insistido en sus discursos en que las elecciones están siendo “manipuladas” para garantizar la victoria de su rival demócrata Hillary Clinton. “Lo voy a mantener en suspenso”, agregó. Y dijo que hay “millones de personas registradas para votar que no deberían estar registradas para votar”, pero no mencionó casos particulares.

Las redes sociales estallaron: era la primera vez que se escuchaba decir eso a un candidato antes de las elecciones. Además, contradecía a lo que había dicho su compañero de fórmula, Mike Pence, poco antes. La propia jefa de campaña del magnate, Kellyanne Conway se vio en dificultades en explicar lo que había querido decir su candidato: “Trump aceptará los resultados de las elecciones porque va a ganarlas”, atinó a decir.

El choque televisivo comenzó con un tema candente que es el nombramiento del juez de la Corte Suprema que remplazará al ultraconservador Antonin Scalia, fallecido este año y cuya designación inclinaría la balanza del Tribunal hacia los liberales o los conservadores. Trump dijo que eligirá a un magistrado que respete la Segunda Enmienda –que garantiza el derecho a portar armas– y se jactó de recibir el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle. También dijo que será alguien que se oponga al aborto, garantizado por un fallo de la Corte desde 1973 y atacó a Hillary al decir que la visión de la candidata llevarán a que los niños sean abortados a los nueve meses. “En el noveno mes podrás tomar el bebé y arrancarlo del útero y eso no es aceptable”, expresó. Hillary, en cambio, señaló que eligirá al mismo candidato que propuso el presidente Barack Obama y que está a favor del derecho de las mujeres a elegir y también de limitar –no prohibir- la venta y la portación de armas.

Obviamente el tema de los escándalos sexuales que persiguen a Trump surgió. El magnate dijo que las denuncias de mujeres que dicen que fueron abusadas por el son “historias falsas y ya desacreditadas” y responsabilizó a la campaña de Hillary por las acusaciones. “Ni siquiera le pedí perdón a mi mujer porque no hice nada, no las conozco, quieren fama o fue su campaña (la de Hillary) la que lo hizo”, afirmó. Con mucha serenidad, Hillary recordó la secuencia de las denuncias tras el video en el qeu se lo escuchaba jactarse de “hacer lo que quiere con las mujeres”, incluso manosearlas, porque es una estrella. “Oímos lo que Donald Trump dijo que hizo a las mujeres y después las mujeres vinieron y lo dijeron”, apuntó Hillary. “Donald Trump cree que denigrar a las mujeres le hace más grande”. Con tono sombrío, agregó: “No es solo una cosa, es un patrón de división, de muy oscura y peligrosa visión. Espero que más gente se dé cuenta de lo que está en juego en estas elecciones: qué país queremos ser”, agregó.

En una de las frases más recordadas del este debate, el magnate dijo: “Nadie respeta más a las mujeres que yo”, lo que desperto las risas de la audiencia. Sin embargo, con el correr de los minutos, no dudó en insultar a Hillary: “Que mujer más desagradable”, le dijo sin la menor compustura.

También hubo cruces por el tema de la inmigración. Trump defendió su posición: “Quiero el muro, tenemos que detener las drogas. Tenemos a hombres malos que se tienen que ir. Cuando la frontera esté segura vamos a tomar una decisión sobre lo demás”, dijo y acusó a su rival de querer “fronteras abiertas”. Ella negó querer “fronteras abiertas”, tal y como reveló la organización Wikileaks en una de sus filtraciones recientes, y aseguró que lo que pretende es una frontera segura y una reforma migratoria. Y agregó que el plan de Trump de una deportación masiva de millones de inmigrantes en situación irregular “desgarrará” a Estados Unidos. Rápido de reflejos, Trump le recordó que el propio presidente Barack Obama ha practicado “millones de deportaciones” de inmigrantes. “Ella no quiere mencionarlo”, dijo.

El presidente ruso Vladimir Putin también estuvo presente en el debate. Trump dijo que Putin “no tienen ningún respeto” por Hillary u Obama, a lo que ella respondió que la razón es que “prefiere tener una marioneta como presidente de Estados Unidos”.

En definitiva, este tercer debate no cambiará dramáticamente la carrera por la Casa Blanca, pero agrega un manto de dudas sobre lo que sucederá el 8 de noviembre. ¿Aceptará el magnate una derrota, si los estadounidenses le dan la espalda? Sólo ese día se sabrá.

Por: Paula Lugones