El reconocimiento para el cómico se llevó a cabo en la Legislatura porteña. La anécdota del humorista con el Papa Francisco.
Entrañable, carismático y dueño de un talento que trasciende las generaciones. Esas son sólo tres cualidades que encierra el capocómico Carlitos Balá. Ayer su trayectoria sumó un reconocimiento más.
La Legislatura Porteña distinguió a Balá como Ciudadano Ilustre en un ceremonia que se llevó a cabo en el Salón Dorado y cuya organización estuvo a cargo del diputado Roberto Quattromano y la vicepresidente primera de cuerpo legislativo, Carmen Polledo.
“Soy un tipo feliz haciendo reír, siempre hice reír y doy las gracias a ustedes por acordarse de Carlitos Balá. Cumplí 91 años y llevo 62 de trabajo, de vocación“, manifestó el homenajeado que hizo célebres las frases ¿Qué gusto tiene la sal?, Angueto, el perro invisible y ¡Ea ea pepé! .
Hacia el final de su agradecimiento, Balá sorprendió a todos con una anécdota junto al Papa Francisco. El humorista contó que mientras lo visitó en el Vaticano, el Sumo Pontífice le dijo que lo veía bien. Fiel a su estilo, Balá respondió con sutileza: “¿Cambió los lentes, Papa?”
Balá estuvo acompañado de su esposa Marta, sus hijos y nietos. Por parte del gobierno porteño, el ministro de Cultura de la Ciudad, Ángel Mahler, acompañó al ídolo de grandes y chicos y reconoció que es su ídolo. También participaron el conductor José María Listorti y el humorista Tristán. Por su parte, las Trillizas de Oro, el conductor infantil Topa y la periodista Edith Hermida enviaron sus videos para saludar al referente televisivo.
Una vida de película
Carlos Salim Balaá nació el 13 de agosto de 1925 en el barrio porteño de Chacarita. Hijo de Mustafá, un inmigrante libanés, y Juana Boglich, una argentina descendiente de croatas, comenzó haciendo monólogos y bromas a pasajeros de la línea 39 de colectivos en parte para vencer la timidez y adquirir experiencia.
Justamente, durante la ceremonia que contó también con un video que repasó los momentos más importantes de su carrera, Balá recibió de manos del vicepresidente del Club Chacarita, Diego Jahn, una camiseta de la entidad deportiva del barrio donde pasó la niñez; en tanto que Javier López, el presidente de la línea 39, que tiene una de sus cabeceras en esa zona de la Ciudad, le dio una placa de homenaje.
El animador infantil realizó numerosos éxitos en radio, televisión, cine y teatro. En la actualidad, anuncia todos los días el fin del horario de protección al menor en TN. En los últimos años participó como invitado especial de espectáculos infantiles, junto a Piñón Fijo y Panam, ambos en la pantalla de el trece.
A principios de año recibió una mención de honor en los premios Estrella de Mar; en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel y fue declarado “Embajador de Paz” en el Vaticano; y en 2011 obtuvo el Premio Martín Fierro a la trayectoria, entre otros reconocimientos.
A mediados de la década del 50 tuvo su primera oportunidad para demostrar su vocación por hacer reír a la gente y tras un casting con Délfor Dicásolo, integró el elenco de “La revista dislocada, emitido por Radio Splendid. Ese fue el puntapié inicial de una extensa carrera. Luego, conformó un trío cómico junto a Jorge Marchesini y Alberto Locatti. Con la separación del grupo, Balá aprovechó para dar paso a su carrera individual.
En televisión trabajó en La telekermese musical, El show de Antonio Prieto, El show de Paulette Christian, Telecómicos, Calle Corrientes, El show súper 9, Balamicina, El soldado Balá , El flequillo de Balá, El clan de Balá, Balabasadas, El circus show de Carlitos Balá, El circo mágico de Carlitos Balá y El show de Carlitos Balá“, entre sus emisiones más reconocidas.
Llegó a la pantalla grande con Canuto Cañete, conscripto del 7, Canuto Cañete detective privado, Canuto Cañete y los 40 ladrones, ¡Esto es alegría!, Brigada en acción, El tío Disparate, ¡Qué linda es mi familia!, entre otras películas, y su último film, Tres alegres fugitivos. También se editaron más de 20 materiales discográficos con sus canciones.