Los detectives de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial y los de la Dirección Homicidios pasaron 24 horas sin dormir siguiendo los rastros de Néstor Fabián, “Carlos o el Negro” Rojas, sindicado como el peligroso líder de una banda narco que al menos en Misiones habría ejecutado a sangre fría a tres personas.
Levantando testimonios luego del asesinato a balazos del mecánico Aldo Andrés Cantero de Gobernador Roca, dieron con una pista fuerte: alguien con las características del buscado Rojas había entrado a Misiones desde Paraguay y probablemente haya estado detrás de la carga de 1826 kilos de marihuana hallados enterrados en la chacra del mecánico ejecutado.
Desde Eldorado hasta Posadas, los investigadores rastrearon los pasos del Negro. Al menos en tres lugares diferentes, en ese trayecto, él y su gente habrían intentado conseguir un lugar para esconderse.
Pensando que La Aventura era un lugar demasiado público como para que los buscaran allí, se hospedaron, en dos cabañas. Y este lunes, con la orden del juez de Instrucción Siete, Carlos Jorge Giménez, vino el allanamiento y la captura.
Carlos, apuntado como narcotraficante de peso en la región y presunto asesino de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra, hecho ocurrido en Posadas en diciembre del año pasado, era buscado por Interpol.
Desde principios de 2016 se había hecho humo. En Posadas, al menos, dejaron de verlo. Y si anduvo por la capital misionera u otra localidad, ocultó muy bien sus pasos.
En 2015, tras el doble homicidio, el primer sitio donde lo buscaron fue el departamento que alquilaba en Encarnación y donde tenía su base de operaciones. Allí, en el primer piso de un edificio ubicado en plena zona comercial, arriba de un conocido supermercado y no muy lejos del puente San Roque González de Santa Cruz, tenía su base de operaciones. Su ex novia, Denise Candia (21), dijo que en una ocasión llegó a ver en ese lugar once armas de fuego, de distintos modelos, esparcidos sobre la cama.
Rojas es considerado de suma peligrosidad. Quienes lo buscaban sabían perfectamente que estaban ante una persona dispuesta a todo. Después de dejar Posadas, se habría adentrado en el interior de Itapúa primero y en Ciudad del Este después.
Entre diciembre del 2015 y los primeros meses de 2016, se movió por Posadas sin problemas, pero fiel a su estilo: nunca a bordo de un auto ostentoso y siempre en las sombras.
Rojas siempre les pedía a sus amigos que lo llevaran de un lugar a otro. De hecho, hasta en moto cruzó el puente internacional varias veces, como acompañante de su novia.
Creen que no reaccionó porque la SAIC y la Policía lo sorprendieron. Ahora quedó a disposición del juez de Instrucción Tres, Fernando Verón, por el caso del doble homicidio, y del magistrado Carlos Jorge Giménez, por la ejecución del mecánico.