En la costa mediterránea francesa, se encuentra el mayor balneario nudista del mundo, Cap D’Agde, un lugar dónde está mal visto- y a veces hasta prohibido- llevar ropa de día. Pero con el paso del tiempo esta villa para amantes del estilo de vida “naturista” y del bronceado integral se transformó en la meca del libertinaje bajo el sol y es muy común ver gente tener sexo público en la playa, según el diario El Español.
Para entrar al balneario hay que pagar 8 euros -18 si es con auto- y registrar sus datos. Una vez pasadas las barreras, la gente -hasta 40.000 personas por temporada- anda desnuda por las calles, en el super, por todos lados. La edad promedia ronda los 50 años y los turistas que veranean en Cap D’Agde son principalmente franceses, belgas, holandeses y alemanes.
La principal atracción de Cap D’Agde es su playa,que está dividida en tres partes. Un playa familiar para ir con los niños, de un kilómetro, una más chica para homosexuales y otra playa de dos kilómetros para los swingers, dónde los asistentes dan rienda suelta a sus pasiones.
Aunque en la ciudad hay muchos clubes -y hasta hoteles- swingers, es en la playa donde todo ocurre. Según El Español, es común que los turistas armen rondas alrededor de una pareja para mirarlos tener sexo, y a veces unirse a ellos en orgías improvisadas.
Eso sí, hay límites, el sexo público es reservado a la arena, en la calle puede significar una multa de hasta 15.000 euros. Otra regla del lugar es que está prohibido sacar fotos: lo que pasa en Cap d’Agde queda en Cap d’Agde.
Esta explosión de lujuria no es bien vista por los veteranos nudistas del balneario creado en los años ’60, que buscan más bien vivir en armonía con la naturaleza que orgías a las 8 de la mañana. “Es asqueroso”, declaró al diario The Guardian un inglés de 60 años que no dudó en hablar de “burdel al aire libre” para describir lo que ocurre en la playa swinger.